Los recursos intangibles basados en el conocimiento dieron origen al concepto de capital intelectual, generando ventajas competitivas cuyos componentes están integrados por los recursos humanos, clientela y organización.
Surge la preocupación de los analistas financieros por la diferencia entre el valor de mercado y el valor de libros en las empresas que cotizan en bolsa. Esta diferencia pondría de manifiesto la existencia de activos intangibles no informados adecuadamente en las cuentas anuales o de un capital intangible.
Este nuevo concepto de capital intelectual se difundió rápidamente en las comunidades académicas y profesionales y aparece asociado a la evolución de la economía del conocimiento.
Dada la creciente importancia de este elemento en las organizaciones, es evidente la necesidad de disponer de algún tipo de herramientas que permita «cuantificar» estos intangibles de cara a su gestión y valoración.
A mediados de la década de los noventa y hasta la época actual, surgen una serie de modelos de medición y gestión del capital intelectual en las organizaciones que pretenden revelar e informar sobre los activos intangibles de la organización que el mercado sí reconoce, pero no lo haría del mismo modo la contabilidad tradicional.
La comunicación de la información que es útil para los inversores racionales es denominado ?el enfoque de la utilidad de la información contable para la toma de decisiones? (decision usefulness approach).
En este contexto, todos los modelos que permiten medir el capital intelectual mencionados anteriormente pueden ser de una gran utilidad para nutrir al mercado de información adecuada y satisfacer a los inversores, mejorando el rol de la Contabilidad de acuerdo al paradigma actual.
