La historia moderna de la etiopatogenia de la adicción comenzó con el estudio de
los opiáceos, y los primeros verdaderos estudios farmacológicos en el siglo XVIII.
Sin embargo, hasta la expansión de la investigación biomédica, que comenzó al final
de la II Guerra Mundial, y la verificación de un sistema opioide endógeno
postulado durante mucho tiempo, no se identificó el primer sistema endógeno que
regulaba la adicción. El surgimiento de un papel de la transmisión opioide fue paralelo
a la identificación del importante papel de la transmisión dopaminérgica en
las propiedades adictivas de los psicoestimulantes, y posteriormente en la mayoría
de las drogas de abuso. Aunque los sistemas opioide y dopaminérgico se interrelacionan
y subyacen claramente a los efectos reforzadores de las drogas de abuso,
la investigación reciente en la última década indica que los cambios conductuales
persistentes que caracterizan la adicción involucran cambios celulares prolongados
en la transmisión glutamatérgica desde la corteza frontal y la amígdala hacia el núcleo
accumbens y en la transmisión GABAérgica dentro del núcleo accumbens y
sus campos terminales. A partir de los esfuerzos para tratar farmacológicamente la
adicción, queda claro que la manipulación de la transmisión dopaminérgica generalmente
fracasa y que nuevos caminos de investigación clínica con agonistas
del GABA y posibles antagonistas del glutamato nos llevarán en una dirección más
fructífera.