La ética se ve en nuestros días impelida a dar una respuesta en campos que tradicionalmente parecían fuera de su competencia. Uno de esos campos es el de la producción de alimentos, mediada hoy por modos de relación con el ambiente y la genética que ponen en cuestión nuestra comprensión de nuestro puesto en el mundo y nuestra responsabilidad respecto del mismo. Las nociones griegas de "hybris" y "techne" son un punto de partida para la comprensión de la actividad transformadora del hombre en el mundo, actividad que sin embargo debe relacionarse con una visión proveniente del monoteísmo judeocristiano de corte diacrónico y basada en la responsabilidad por el futuro. Cuidado, respeto y responsabilidad por ese futuro parecen modos apropiados de una relación "saludable" ("salvada" en sentido heideggeriano) con el mismo.