Resumen:
La propuesta de "reduccionismo salvaje" (Bickle 2003, 2006) presentada dentro de la filosofía de las neurociencias, ha recibido numerosas críticas, tanto en relación a su lectura de la práctica neurocientífica (Craver, 2007; Bechtel & Abrahamsen, 2008), como en relación a la fuerza de las conclusiones que extrae de la técnica Gene Knock-Out (Aizawa, 2007; Alfei, 2011; Bielsky, 2005; Ferguson, 2002; Sullivan, 2008), y en relación al vínculo reductivo que propone entre los niveles moleculares y psicológicos de explicación (Craver 2001, 2007; Craver & Bechtel 2006; Bechtel 2008; Bechtel & Abrahamsen 2008).
A este respecto, se realizará una sucinta revisión a estos tres bloques de críticas, enfocándose en los argumentos referidos a la complejidad de la relación gen-conducta que se pueden extraer de los aportes de la teorías y modelos del desarrollo (Jablonka & Lamb, 2005; Johnston & Edwards, 2002; Oyama, Griffiths, & Gray, 2001; Longa, 2006; Longa, en prensa). Los mismos contribuiran a rebatir o debilitar la noción de causalidad internivel del reduccionismo salvaje, como también a limitar la fuerza de las conclusiones extraídas por Bickle de la técnica gene Knock-Out.