Resumen:
Pensar el diagnóstico psicopedagógico implica posicionarnos en un lugar de encuentro. Un encuentro dinámico y consciente entre una mirada especializada y la realidad de un sujeto, grupo o comunidad, que demanda al psicopedagogo y le asigna un rol al reconocer un saber profesional. Este profesional, co-construye un conocimiento durante el diagnóstico, punto de partida para promocionar a ese sujeto, grupo o comunidad desde sus potencialidades. El centro de esta tarea es el sujeto, lo que implica asumir una posición epistemológica que permita reconocer marcos teóricos, y desplegar un hacer, que constituyen en sí mismos una práctica profesional ética y humana.