DUERO DANTE GABRIEL
Capítulos de libros
Título:
COMPETENCIAS EJECUTIVAS Y ADSCRIPCION MENTAL
Autor/es:
DANTE G. DUERO; DIANA PEREZ; CAROLINA SCOTTO
Libro:
CUESTIONES MENTALES (ISBN CORRECTO: 978-1-873671- No lo toma)
Editorial:
UNIVERSIDAD NACIONAL DE CORDOBA
Referencias:
Lugar: CORDOBA; Año: 2010; p. 299 - 314
Resumen:

Marechal discute la propuesta modular de Alan Leslie (Scholl y Leslie, 1999; Leslie, 2000)  respecto de los mecanismos implicados en el desarrollo de competencias para la adscripción mental en humanos. Según esta tesis la capacidad para atribuir estados mentales, así como su empleo para explicar y predecir conductas en sistemas intencionales, resultaría una habilidad cognitiva dependiente de un mecanismo modular preprogramado destinado a detectar estados mentales intencionales. Se trataría de un componente o subsistema especializado en cognición social, el Mecanismo de la Teoría de la Mente (TdMM),  responsable de la generación y manipulación de representaciones acerca de los estados mentales de otras personas (M-representaciones). Estas habilidades implican la capacidad para representarse representaciones (mentales) diferentes de las propias. Este tipo de operación haría posible la adscripción mental de creencias, pero también fenómenos más básicos como el juego de simulación y, antes, el fenómeno de atención conjunta.

Según pienso, la autora consigue poner sobre el tapete algunas de las cuestiones más importantes que hoy en día los expertos analizan para evaluar la viabilidad de una hipótesis modularista. Asimismo, deja en claro que una variedad de síntomas autistas (como los tics, las estereotipias, la ecolalia o la dificultad para generar comportamientos novedosos) no pueden ser únicamente consecuencia de un déficit para atribuir estados mentales. Pese a ello, el trabajo no menciona algunos puntos que considero relevantes en relación con este debate.

En primer lugar, el propio Leslie tuvo en cuenta que el test de falsa creencia involucraba competencias ejecutivas. Desarrolló por ello pruebas que implican la adscripción mental, pero que muestran menores niveles de requerimientos en términos ejecutivos y mostró que los niños normales se desempañan mejor que los niños autistas en esta clase de pruebas. En segundo lugar existen una serie de estudios empíricos que muestran que, frente a tareas mentalistas y no mentalistas con niveles equivalentes de requerimientos ejecutivos, los niños normales expresan mayor facilidad para resolver las mentalistas y los niños autistas para resolver las no mentalistas. En tercer lugar se ha observado la presencia, en niños normales, de competencias sociales tempranas (consideradas por muchos como precursoras de las capacidades para atribuir estados mentales) que estarían ausentes o alteradas en los autistas. Dado que tales capacidades sociales son anteriores al desarrollo de las competencias ejecutivas, parece que no es posible explicarlas en términos de la teoría que favorece la autora. En este sentido, me parece que al igual que otros autores, Marechal manifiesta un optimismo exagerado respecto de las posibilidades explicativas de la hipótesis ejecutiva.