Este texto se pregunta por la posibilidad de hacer efectivo y significativo el Concilio Vaticano II, con independencia de los (necesarios) contextos de aplicación. La pregunta alude ante todo al "tiempo" que caracteriza la conformación del mito, cuya vitalidad, significatividad y vigencia logra desprenderse de sus contextos de interpretación y reinterpretación histórica. Además del problema "temporal", se agrega el análisis de la posibilidad que tiene una tradición particular de universalizar su significado. Esta posibilidad "mitológica", sin embargo, debe complementarse por una experiencia "eventual", pues la noción de evento, e.d. aquello que acaece e implica al sujeto es lo que permite revitalizar los significados que el evento que adquirió condición de mito porta consigo de modo renovado para cada época.