BERGALLO LOUSTAU JUAN MANUEL
Congresos y reuniones científicas
Título:
Ponencia: "Memoria y Producción: ¿sustentabilidad en riesgo? El paisaje cultural productivo de Colonia Caroya, Córdoba"
Lugar:
San Carlos de Bariloche y Villa La Angostura
Reunión:
Congreso; Patrimonio y Sustentabilidad. Patrimonio, palanca para el desarrollo; 2014
Institución organizadora:
http://www.cicopar.com.ar/
Resumen:
Introducción. Sustentabilidad | Herencia | cultura | identidad. Los conceptos de patrimonio cultural y sustentabilidad quedan ligados cuando nos imponen obligan a comprender la relación entre el desarrollo del pasado, los aportes del presente y la obligación de legar a las generaciones futuras. Porque el concepto de sustentabilidad se funda ?según Walter Debenedetti -, en el reconocimiento de los límites y de las potencialidades del hombre, su cultura y el medio ambiente, de acuerdo a la definición que formulara el Informe de Brundtland en 1987 (Comisión Mundial del Medio Ambiente y Desarrollo, ONU). En este escenario, la cultura se configura ?desde una visión antropológica-, a partir de las interrelaciones entre el soporte físico y geográfico y el grupo social que lo ocupa. Dicho vínculo define las particularidades de un determinado ambiente . Y en consecuencia la identidad de toda cultura se entiende como la resultante de un particular modo de pensamiento y acción del hombre, que lo diferencia de otros, que se construye a través de su historia y que está enmarcada en un tiempo y un espacio, determinantes de un particular ambiente humano, en función de un sistema de valores según su horizonte cultural. En la continuidad de la construcción de los procesos culturales e identitarios, una mirada desde el concepto de la sustentabilidad asegura la conservación de la memoria y la herencia material. En principio, advierte sobre la finitud de los recursos culturales y naturales. La cultura se define como la forma y los instrumentos que los hombres crean para relacionarse entre sí y con la naturaleza; los objetos que las sociedades crean, las manifestaciones religiosas, sociales, las fiestas, los ritos, las costumbres, así como las normas, los valores, las enseñanzas de los mayores, es decir, lo que se transmite de generación en generación. Desde la perspectiva objetivista, se entiende a la identidad cultural como un dato que define al individuo, remitiendo necesariamente al grupo original de pertenencia. La identidad sería entonces una ?segunda naturaleza?, cultural, a la que el hombre se adhiere a partir de una pertenencia cultural originaria. En la perspectiva culturalista, el acento se pone en la herencia cultural, derivada del proceso de socialización del individuo en su grupo. Se trata de una interiorización de modelos culturales impuestos. Así, la identidad aparece como consustancial con una cultura particular, es decir, preexistente al individuo. Desde una visión etno-cultural, la pertenencia a un grupo étnico es la primera y más fundamental de todas las pertenencias sociales. En ella, se crean los vínculos más determinantes, las emociones compartidas y las solidaridades más profundas, fundados en una genealogía común. La perspectiva relacional y situacional entiende a la identidad como una construcción social en procesos de interacción bajos contextos y situaciones cambiantes y no como dato. La construcción de la identidad se realiza en el al interior de marcos sociales que determinan la posición de los agentes y que por lo mismo orientan sus representaciones y opciones. Esta relación teórica entre los conceptos de herencia | cultura | identidad, ligados al de sustentabilidad siempre lleva a revisitar el paisaje cultural de Colonia Caroya, en Córdoba, Argentina. Porque desde los múltiples enfoques en que ha sido estudiada a lo largo de su historia, Caroya es como la describe Mariana Acevedo: ?una localidad cuya población se presenta y conforma bajo la fuerte predominancia de un grupo étnico que a poco de llegar al lugar se convirtió en grupo cultural dominante (imponiendo sus normas, sus pautas de vida y sus manifestaciones culturales y religiosas). Esta hegemonía en la definición de un nosotros implica asimismo la constitución de una imagen que sobre la localidad y sus pobladores poseen propios y extraños. Colonia Caroya constituye uno de los excepcionales casos en que los grupos inmigrantes se convierten en grupo dominante cultural y económicamente. Muchas veces, y como lo demuestran estudios referidos a fenómenos inmigratorios, el grupo receptor se convierte en grupo dominante. Para el caso que nos ocupa, Colonia Caroya es impensable al margen de sus habitantes, descendientes de los friulanos que la poblaron, aun cuando hoy la heterogeneidad poblacional resulta evidente. Asimismo hablar de los inmigrantes friulanos en Argentina no puede hacerse sin referencias a ese lugar específico que ellos crearon y reprodujeron a imagen y semejanza del Friuli que sus ancestros dejaron: Colonia Caroya?: Base de esa construcción de identidad fueron los procesos productivos traídos por los inmigrantes, que permitieron el desarrollo sustentable del territorio en el último siglo. Si bien Caroya posee un notable patrimonio construido, son las tradiciones, las costumbres, los modos de hacer y de pensar, la visión del mundo, la cultura local lo que le da sentido al lugar, conformando su paisaje cultural urbano-rural, y además del lógico interés por preservarlo, hoy hay que enfrentar la ineludible responsabilidad de convivir en forma sustentable con este paisaje, para que su patrimonio tenga futuro. Porque el desarrollo sustentable implica ?satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones?. En este marco de Colonia Caroya como paisaje cultural de la producción, los actuales procesos de desarrollo económico: ¿ponen en riesgo la sustentabilidad histórica del territorio?