BIBER PRISCILA ARIADNA
Congresos y reuniones científicas
Título:
La experiencia de ser mujeres investigadoras: la vida entre el deadline, la elección de la maternidad y el llegar a fin de mes
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Congreso; Congreso de Ciencia y Género 2021; 2021
Institución organizadora:
inisterio de Ciencia y Tecnología de la Provincia de Córdoba ; Ministerio de la Mujer ; Ministerio de Justicia y Derechos Humanos ; Universidad Nacional de Córdoba ; Universidad Provincial de Córdoba ; Conicet Córdoba
Resumen:
Este trabajo podría interpretarse como un espacio de catarsis, y tal vez lo sea, pero queremos animarnos a ir un poco más allá. En marzo del 2020 Elsevier publicó el reporte ?The Researcher Journey Through a Gender Lens? y la editorial Scopus, en su cuenta de Twitter, indicaba: ?Encontramos que Argentina tuvo la mayor participación de mujeres en la investigación. Vea la comparación con otros países en el Informe de género de Elsevier?. En contrapartida, los números publicados en la página de CONICET (Conicet en cifras), nos podrían hacer pensar que seguimos siendo pocas las mujeres dentro del sistema científico, si miramos los cargos jerárquicos la proporción de mujeres es drásticamente menor. Ahora bien, en retrospectiva encontramos un incremento sostenido en la cantidad de mujeres investigadoras entre 2007 y 2019. Así como estas, existen muchas estadísticas que pueden resultar desalentadoras, o todo lo contrario, según el cristal con que se miren. Sin embargo, al pensar en las personas detrás de los números, ninguna estadística contempla las múltiples dimensiones que atraviesan la experiencia de ser docentes-investigadoras, mujeres, madres, sostén de familia, y podríamos seguir con otras tantas de una larga lista de comas. Por eso elegimos repensar en primera persona las encrucijadas que enfrentamos en nuestra carrera profesional para estar donde estamos. Sí, elegimos la docencia y la investigación como áreas de desarrollo profesional. Sí, algunas también elegimos maternar, o elegimos no hacerlo. Sin embargo, la combinación de estas decisiones de vida marcan caminos donde la exigencia laboral no contempla la brecha de género que aún existe. ¿Por qué? Por un lado, más allá de la universalidad de la maternidad, no es posible delegar ciertas tareas de cuidado que demandan tiempos de dedicación muy diferentes a mujeres y hombres, siendo la lactancia uno de los ejemplos más claros. Por otro lado, no existe un sistema científico-tecnológico que garantice el financiamiento de actividades de investigación, razón por la cual muchas veces trabajamos ad honorem en esta área, o en el mejor de los casos, con becas de dedicación exclusiva, que a veces tampoco alcanzan para llegar a fin de mes. A esto se suma la complejidad de pertenecer simultáneamente a diferentes sistemas, que evalúan nuestro desempeño profesional según diversos criterios. Estos pocas veces tienen en cuenta lo difícil que resulta llevar a cabo tareas de investigación después de haber trabajado como docente en 2 o 3 instituciones diferentes, o en contextos de violencia de género (laboral, de pareja, psicológica, económica, por mencionar algunos). Si a este panorama le sumamos las dificultades que el confinamiento trajo aparejadas en el último año, las mujeres nos encontramos a menudo en un laberinto, preguntándonos si encontraremos salida. Afortunadamente, la respuesta es sí, y siempre es colectiva. Pertenecemos a un grupo de investigadoras donde armamos redes que contienen y sostienen, sin las cuales hoy no estaríamos escribiendo este trabajo. Creemos que visibilizar este tipo de coyunturas y poner en palabras lo que nos pasa a muchas es un pequeño aporte para encontrar caminos en esta encrucijada.