Tradicionalmente se ha sostenido que los niños son capaces de adscribir estados mentales intencionales como creencias recién después de los 4 años de edad. Se ha supuesto que dicha habilidad requiere de la capacidad para comprender la naturaleza representacional de nuestros contenidos mentales. En los últimos años un gran número de investigaciones han puesto en duda que los modos de valorar la adscripción mental sean eficientes. Algunas investigaciones parecen indicar que los sujetos de corta edad pueden inferir emociones, deseos, estados de conocimiento y en algunos casos, hasta creencias simples. En el presente trabajo hemos intentado, hacer un estudio sobre la cuestión. Presentamos algunos datos que sugieren que los niños pequeños podría tener alguna capacidad para la adscripción temprana de creencias; asimismo hemos hallado, en los sujetos, una correlación significativa entre sus capacidades para adscribir creencias y para la resolución de otras pruebas que, sin requerir de la inferencia de estados mentales intencionales, suponen la participación de procesos más o menos complejos en lo que hace a memoria y manipulación de contenidos representacionales alternativos.