Desde hace algunos años se ha venido cuestionando la utilidad de la noción de enfermedad y trastorno mental que subyace al diagnóstico psiquiátrico psicopatológico. Esta concepción supone que al constituir una categoría psicopatológica o una clase natural, los desórdenes psiquiátricos poseen características etiológicas, patológicas, sintomatológicas, de prognosis y, últimamente, de respuesta al tratamiento, que permiten su identificación, descripción y abordaje, por parte del clínico, de forma semejante al de cualquier enfermedad médica. Partiendo de estos supuestos, la psiquiatría ha pretendido establecer un sistema de clasificación de las llamadas ?enfermedades mentales? análogo a los sistemas taxonómicos de las otras ramas médicas. La elaboración de los manuales DSM es el más claro ejemplo de ello.
El sistema operacional de los últimos manuales DSM apunta a unificar criterios taxonómicos estableciendo una clasificación diagnóstica de categorías mórbidas en función de la presencia de ciertos síntomas y signos. Pero una crítica fundamental que se plantea a estos manuales es la desfocalización que hacen de los fenómenos culturales para la creación de sus taxonomías.
En este trabajo trataremos de mostrar que en la concepción psiquiátrica tradicional se obvia que el diagnóstico y la caracterización misma de lo que es un cuadro psiquiátrico, se sostienen en criterios que resultan vinculantes respecto del contexto sociocultural al que pertenece el denominado ?enfermo?. Si bien en el DSM IV se realiza un avance con respecto a las otras versiones, al incluir algunas invitaciones a reflexionar respecto del rol de la cultura en la expresión y valoración de los diferentes ?cuadros?, aún pueden observarse grandes limitaciones. Tomando como referencia a autores como Sasz y Foucault, analizaremos el concepto mismo de ?enfermed mental? (diferente del de ?enfermedad cerebral?) y cuestionaremos el paralelismo que ha pretendido trazarse entre patología orgánica y mental. Asimismo, analizamos algunas investigaciones empíricas que invitan a reflexionar sobre la importancia de atender a la influencia de diferentes elementos culturales en las consideraciones diagnósticas y la creación de categorías psicopatológicas.
