GALFIONE MARÍA VERÓNICA
Congresos y reuniones científicas
Título:
Conflictos reales
Autor/es:
GALFIONE, MARÍA VERÓNICA
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Jornada; Jornadas de Filosofía política; 2005
Institución organizadora:
Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC
Resumen:
Según señala Claudio Cesa, durante la última década del siglo XVIII se produce un cambio notable en la concepción imperante en Alemania acerca de la guerra. Entre los intelectuales del setecientos había primado el pacifismo y el cosmopolitismo, así como también cierta tendencia a atribuir la causa de la guerra a la mera ambición irracional de los monarcas. La necesidad de la misma era legimitada, por otra parte, sólo en aquellos casos en los cuales podía considerársela como una interrupción momentánea –con fines u objetivos acotados- de la paz, estrictamente necesaria en orden a garantizar la permanencia de la tranquila seguridad de los súbditos en tiempos de paz. Se evaluaba y justificaba, entonces, la guerra en términos de costo–beneficio, quedando tanto su comienzo como su final sujetos a un frío cálculo de oportunidades. Fue probablemente a partir de la Revolución Francesa, que comenzó a asociarse la idea de guerra con la de cambio, y a vincularse el interés por aquella con el entusiasmo patriótico y con la idea de un sacrificio en función de fines nunca completamente determinables ni acotables en el tiempo. De esta forma, no sólo dejaba de ser evaluada la guerra de acuerdo al principio de la utilidad, sino que el uso mismo de este criterio comenzaba a ser condenado y la guerra a ser pensada, justamente, como una subversión contra la razón económica que se justificaba en virtud de la elevación de aquellos ideales a cuales respondía. Favorables o no a la Revolución Francesa, los intelectuales alemanes de la época fueron afectos a los grandes cambios y a la guerra, en tanto vieron en ella un síntoma de la vitalidad de los pueblos, un antídoto contra la inmersión en los mezquinos intereses utilitarios y una premisa necesaria para una nueva creación. Las alusiones de Hegel a la guerra como crisol de los pueblos bastan para mostrar sus diferencias con respecto a toda postura pacifista y su negativa a aceptar un punto de vista supraestatal para justificar su rechazo de la posibilidad de un derecho internacional. Las diferencias de su pensamiento maduro con respecto a los conatos bélicos de fines del setecientos, de los cuales él mismo, sin duda, se hizo eco en sus años de juventud, precisan, sin embargo, un análisis más detallado. A tales fines es necesario, según creemos, realizar una lectura de su obra que no tienda a exaltar al joven Hegel, revolucionario y entusiasta, y a contraponerlo con pesar al hombre maduro que ya en la Fenomenología se desdice de su fervor revolucionario y pacta, más o menos secretamente, con el poder retrógrado y totalitario de la Alemania de la época. Tomar en consideración tanto la caracterización que el filósofo hace, en cada momento, de la Revolución Francesa, como los efectos que de estas modificaciones se siguen para la valoración de los diferentes posicionamiento con respecto a la misma, permitiría mostrar la especificidad de la visión hegeliana de la guerra y los motivos por los cuales rechaza progresivamente la idea de la guerra como guerra ideológica. Pero además de esclarecer los fundamentos del rechazo hegeliano hacia esta romántica y temeraria exaltación de la violencia bélica, del resultado de este análisis sería posible extraer algunas conclusiones que mostrasen que las críticas que Hegel dirige a la revolución francesa y su propensión, cierta o no, a aceptar el poder político de la época, no suponen en ningún caso la negación del conflicto sino más bien su historización e inserción en el corazón de la subjetividad, de la sociedad burguesa y de la teoría.