GALFIONE MARÍA VERÓNICA
Congresos y reuniones científicas
Título:
Los límites de la antropología estética
Autor/es:
GALFIONE, MARÍA VERÓNICA
Reunión:
Congreso; VII Congreso Ibérico de Estética; 2021
Resumen:
Esta comunicación se ocupa de indagar la relación entre estética y autonomía. Se asume que el núcleo de la concepción moderna de la autonomía radica en la pretensión de vincular libertad y normatividad, de tal manera que la ley solo puede ser vinculante allí donde ha sido autoimpuesta y la libertad válida allí donde se presenta bajo la forma de una legalidad. Según ha mostrado Christoph Menke,[1] esta concepción de la autonomía supone una paradoja, en la medida en que no es posible explicar la relación entre ley y libertad si no se da por sentada, o bien la preexistencia de la ley -y su carácter heterónomo-, o bien la arbitrariedad del acto que debe hacerla posible. Esta paradoja teórica da lugar a una paradoja de carácter práctico. Pues esta concepción de la autonomía acaba reintroduciendo relaciones no autónomas al interior del individuo, es decir, relaciones de sujeción entre el hombre en tanto sujeto y este en tanto ser sensible.Es este carácter doblemente paradójico de la interpretación moderna de la autonomía el que explica el hecho de que la estética como disciplina y la estética como problema haya surgido a mediados del siglo XVIII. En este contexto, la estética carga sobre sí con la tarea de lidiar con el hecho paradójico de que el sometimiento de la sensibilidad, que debe hacer posible el surgimiento de una subjetividad autónoma, incremente la indeterminación de aquellas fuerzas que deberían ser sojuzgadas. Menke advierte con justeza que la estética no asume un carácter crítico por el solo hecho de acercarse al núcleo paradójico de la concepción moderna de autonomía, pues su movimiento también puede orientarse a ocultar esa falla y a garantizar el cierre del proceso de subjetivación. No obstante, a la hora de reconstruir una tradición estética crítica Menke acaba perdiendo de vista el carácter histórico de esta concepción de la autonomía y defendiendo una visión unilateral de lo estético. Este problema se encuentra vinculado con su referencia al pensamiento de Herder, ya que es por medio de esta que Menke remite la interpretación moderna de la autonomía a una falla de carácter ontológico y piensa lo estético como reactualización de una estructura antropológica originaria. Según intento mostrar aquí esta dificultad puede ser superada si se recurre a Friedrich Schlegel como punto de referencia. Su posición irónica permite evadir las afirmaciones de carácter ontológico -tanto aquellas que remiten la escisión del sujeto moderno a un fondo antropológico como aquellas que afirman la posibilidad de un sujeto unificado- y arrojar luz sobre las condiciones históricas que hicieron posible el surgimiento de la dimensión estética. Este anclaje histórico posibilitaría, desde mi punto de vista, enfatizar el carácter intrínsecamente ambivalente de la esfera estética, la cual, incluso allí donde denuncia la falsedad de la sociedad existente, no puede evitar presentarse como un momento más de una realidad en la cual el dominio se presenta como una forma de liberación.[2]