AUDISIO IRENE
Congresos y reuniones científicas
Título:
De las metáforas de los gestos al lenguaje
Reunión:
Jornada; XXX Jornadas de Epistemología e Historia de la Ciencia; 2019
Resumen:
Luego del intento de diferentes enfoques teóricos por identificar y superar el dualismo mente ?cuerpo? en la concepción de lo mental y del lenguaje, surgieron inquietudes tanto teóricas como empíricas que llevaron a reconsiderar el papel del cuerpo en los abordajes lingüísticos y filosóficos. ?Cuerpo? ?entrecomillado- porque no hay un único concepto que haya irrumpido en la discusión. Tenemos el clásico cuerpo materialista que, en nuestro caso, podría traducirse grosso modo como el cerebro y el sistema nervioso central y su actividad. Sin embargo, no es ese el único cuerpo que reclama su lugar en el esquema explicativo de lo mental y el lenguaje. Hay un cuerpo, constituido básicamente por herencia genética. Pero este, tomado aisladamente, parece conducir a un desarrollo tan reduccionista como el primero. Hay un cuerpo como ?esquema corporal?, como posibilidad de acción, que implica la potencialidad sensorio-motriz. Hay un cuerpo que en clave evolutiva encarna el acoplamiento con el ambiente. Hay cuerpos, que se enlazan socialmente y se construyen en el tejido del lenguaje. Hay cuerpos que constituyen sistemas de procesamiento de información que se extienden hacia otros cuerpos y dispositivos. Estos son algunos entre otros cuerpos que tienden un puente entre mente, lenguaje y cuerpo. Han sido considerados a veces de modo aislado, otras de modo complementario. Asimismo, a medida que se ha desplazado, ampliado, renovado el rol de estos cuerpos en las reflexiones teóricas sobre el lenguaje, también se han desempolvado y para ser reconsiderados, conceptos vinculados. El significado, la representación, la experiencia, el gesto, hasta el lenguaje mismo. Teóricos de los últimos diez años, de diversas áreas disciplinares - lingüistas, psicólogos, etólogos, filósofos- han replanteado la cuestión semántica de si el significado está en la mente o en algún otro espacio virtual de lo corporal. Será el caso que la posibilidad de comprender y comunicar trazos significativos se deba a ciertos contenidos mentales, conceptuales, desencarnados, privados, que sean expresados mediante sonidos, movimientos y acciones corporales visibles. O se deberá a las mismas acciones corporales en las que directamente se perciban los significados considerados inmanentes (Johnson, 2006). Consideremos aquí el comentario de Johnson (2006) respecto a que no se han podido dar ni podrían darse, tal vez, argumentos completos y definitivos ni evidencias decisivas sobre el carácter inmanente, no conceptual del significado. A pesar de la parcial coincidencia con ese comentario -efectivamente siguen vigentes y eficaces los marcos teóricos que anclan el significado en aspectos puramente conceptuales, abstractos, desprovistos de consideraciones corporales ? asumimos que se desarrollaron investigaciones que dan indicios de la incidencia potente de la corporización del significado, más allá del cerebro. En ese sentido, se han realizado avances en estudios sobre la adquisición del lenguaje que centran el interés en los gestos y las acciones corporales. Las conclusiones de esas investigaciones no afectan solamente a la evolución filo y ontogenética del lenguaje, sino a los marcos teóricos más amplios desde los cuales se elabora la definición misma de significado y de lenguaje. De ese modo, se ha dirigido hacia definiciones multimodales del lenguaje. HistoriaDesde la Antigüedad los gestos fueron foco de atención. Cicerón y Quintiliano desarrollaron estudios de las formas en las que los gestos intervienen en la presentación retórica del discurso. El mismo interés revivió en el siglo XVII cuando se releen a los maestros romanos de la retórica. En el siglo XIX, Darwin en La expresión de las emociones en el hombre y en los animales (1871), introduce un giro naturalista con respecto a las expresiones faciales y corporales. Ahora bien, en el siglo XX con la aparición de la psicología dinámica, resurge el interés por los gestos desde la búsqueda de lo que los movimientos corporales tenían para revelar sobre la personalidad.Ahora bien, a pesar del interés que despertaron, no se consideraba que esos movimientos corporales visibles de los gestos debían revelar un tipo de vehículo particular para la expresión del pensamiento, no se esperaba que los gestos jugaran algún rol en la representación de las ideas. En 1940, David Efron es uno de los primeros en investigar el patrón que vincula gestos manuales con el habla. Por ejemplo, puso atención en cómo los hablantes pueden usar sus manos para organizar sus ideas y dar representaciones gráficas de algunos aspectos de sus pensamientos. Sin embargo, estos estudios fueron opacados ante el enfoque que reducía los procesos cognitivos exclusivamente al lenguaje verbal.Recién hacia los años 70 del siglo XX, surgieron diferentes investigaciones (Arnheim) sobre la vinculación entre lo que el hablante piensa y los gestos que realiza. Se reconoció una vinculación semántica compleja entre los movimientos de las manos y el habla. Movimientos que en el contexto comunicativo constituyen acciones (Gallagher-Zahavi? ).La vinculación entre acción y pensamiento ha sido también conquistada en el plano teórico en las últimas décadas. Históricamente la mente y el cuerpo han sido estudiados como entidades separadas. Este dualismo cartesiano condujo a pensar la cognición y la acción como dominios independientes. Sin embargo, según recientes investigaciones, la mente no es un sistema aislado, sino más bien integrado al sistema sensorio-motriz y que nuestras representaciones de objetos y eventos están vinculadas con nuestra experiencia de las acciones en el mundo.En los 80 David McNeill publica investigaciones dirigidas a mostrar evidencia empírica y marco teórico acerca de la unidad dialéctica entre gesto y palabra. También Genevive Calbris publica una completa investigación sobre el modo como los gestos de los hablantes o gestos co-verbales se organizan en tanto movimientos físicosDadas teorías clásicas que siguen prevaleciendo, como por ejemplo, la de Saussure, el viraje hacia los aspectos corporizados, implica una revisión de qué será estudiado en el campo del lenguaje. Deja de justificarse la selección de la lengua como objeto privilegiado de estudio y se abre la investigación a las múltiples formas de comunicación en tiempo real. No se trata solo de analizar estructuras permanentes de un sistema convencional, sino de visibilizar la acción comunicativa en escenas reales entre hablantes ampliando el estudio a múltiples aspectos y enfoques multimodales intervinientes en la comprensión lingüística. En ese marco de discusión, nos dedicaremos a desarrollar algunos aspectos centrales de la gestualidad y la multimodalidad en la comunicación que conducen a considerar el significado como un elemento inmanente de las experiencias corporales. En esta línea tomaremos el programa de Lakoff y Johnson y los avances que siguió Johnson posteriormente incorporando información relevante proveniente del campo de la psicolingüística (Barsalou, 2009). Nos concentraremos especialmente en la hipótesis de que es central para el estudio del papel de los gestos en el campo del significado, el detenernos en los ?gestos metafóricos?. Tal tópico de la clasificación de los gestos fue remarcado por Adam Kendon (2004), retomado por David McNeill (2005, 2012), pero principalmente estudiado por Cornelia Müller (2008, 2013, 2014) y también por Sotaro Kita (2000, 2003, 2007, 2011) a quienes seguiremos en sus desarrollos teóricos. Como esperamos mostrar, tal tipo de gestos nos resultan relevantes para la identificación del proceso por el cual un movimiento corporal adquiere carácter gramatical y semántico en el plano comunicativo. De ahí la relevancia de esa clase de gestos para el estudio corporizado del lenguaje.