AUDISIO IRENE
Libros
Título:
Los signos del cuerpo. Enfoques multimodales de la mente y el lenguaje
Editorial:
Teseo
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2019 p. 412
ISSN:
9789877232066
Resumen:
IntroducciónEn las últimas décadas, la consideración del cuerpo engeneral ha reingresado a los estudios y debates que tienenlugar tanto en filosofía como en psicología, para los tópi-cos en los que una y otra disciplina convergen, y en losque, desde sus perspectivas diferentes, deberán llegar, sino quizás a una perfecta inteligencia y a un desideratumde concordia que es difícil esperar, al menos a un enten-dimiento que permita fluir el intercambio de informaciónnueva y el de nuevos ángulos para evaluarla. La readmisióndel cuerpo como factor decisivo en los problemas de lapercepción y de la cognición en general, de la cogniciónsocial y la atribución mental, de la formación de concep-tos y el desarrollo ontogenético, y finalmente de las estra-tegias del sujeto en los procesos de semiosis, incluyendoel aprendizaje de la lengua, se debe menos a una acciónreparadora, a un ejercicio de justicia con el que quisierancompensarse años de exilio, que a la propia fuerza con quela corporeidad se hizo presente y desafió al cognitivismoy al funcionalismo como ensayos de interpretación de lanaturaleza del conocimiento y de la condición humana enlo que ella posee de más genuino. En efecto, se hizo palma-rio, en ciertas circunstancias, que el modelo computacio-nal, al suponer que la mente era un puro mecanismo decombinación de símbolos, había proscripto un componen-te medular de aquella explicación por la que se afanaba.El cuerpo, no el cerebro (versión transitoria desuperación del enfoque cognitivista clásico), se manifiestamediante una variedad de conductas expresivas: expresio-nes del rostro, de las manos, actitudes posturales y proxé-micas, la prosodia de la enunciación, la kinesis, todo ello15revelándose determinante para la elaboración de la nociónde espacio circundante, de intersubjetividad, de pensa-miento, del aprendizaje y de nuestros sistemas comuni-cativos ?del más simple al más complejo?, competenciasque implican de un modo más visible o menos la marcade origen de ser con el cuerpo, o bien de ser, lisa y llana-mente, cuerpo. Por cierto esta marca de origen, el moldede la corporeidad elemental, subsiste en ocasiones, si setrata de las competencias más sofisticadas (las funcionespsicológicas llamadas superiores: razonamiento, lenguaje,etc.), como una muy sutil, casi insensible ?marca de agua?,pero que ha de encontrarse con saber buscar en el sitioapropiado (un sitio de la experiencia psicofísica, no res-tringido a la esfera mental).Uno de los arietes con los que el cuerpo ha ingresa-do nuevamente a escena es la multimodalidad. Originariode los estudios de percepción, el término se ha propa-gado hasta afirmarse en otros territorios, de una mane-ra particularmente axial en el de la semiosis (repertorioléxico, actos comunicativos), donde se ha convertido deaferente en eferente, pero asimismo en el del pensamien-to conceptual-mimético y en sus expresiones lingüísticas,en el de las manifestaciones de estados emocionales, lasinteracciones cara a cara y largo etcétera. Se ha colado enproblemáticas como la atribución intencional, el signifi-cado y la comprensión de los comportamientos expresi-vos, o en la percepción de estados emocionales e inten-cionales en general. Se puede afirmar, en relación con losestudios psicológicos sobre primera infancia, que allí hadesembarcado para replantear todas las discusiones, dadoque buena parte de la tradición tenía por hecho consu-mado que la percepción, fuente de enlace entre el sujetoy el fenómeno, era en el nacimiento un caos incoordina-do de datos unimodales separados. Por consiguiente, la16 LOS SIGNOS DEL CUERPOmultimodalidad, una estrategia evolutiva para la coordi-nación de inputs de diferentes fuentes y sustratos y ubica-da en el comienzo de la vida humana, tenía por destinoconmover las bases y obligar a una exigente, ineluctablerevisión de las viejas premisas. Efecto de ello fue que lacorporeidad ocupara una posición central en la investiga-ción de los procesos cognitivos devenidos enactivos (estoes, anclados en el ser físico o biofísico, y ecológicamentecoordinados con el medio), que el movimiento corporalse convirtiera de accesorio en principal, que las vocaliza-ciones y los gestos se volvieran blanco de atención comoexpresiones no tan solo precursoras, sino también predic-toras de las futuras habilidades del niño gramatical, que eltiempo vivencial (no el físico-objetivo) ganara importanciay espesor, que el espacio inmediato y tridimensional fue-ra reconocido como un emergente de la experiencia delacoplamiento del cuerpo y su entorno, y que ?por cierto alfin de esta enumeración, pero en verdad al comienzo detodo? la musicalidad presente en las interacciones adulto-bebé permitiera exhumar matices nunca sospechados enla primera intersubjetividad.Tales perspectivas corporizadas impactaron fuerte-mente en los estudios sobre la comunicación humana, yprovocaron la gradual revisión de algunos de los rasgosque se consideraban definitorios de la singularidad dellenguaje natural. Por una parte, los estudios sobre ges-tualidad modificaron drásticamente los enfoques ortodo-xos basados en distinguir propiedades nucleares abstrac-tas y amodales y la periferia perceptual-motora en la queocurren las interacciones comunicativas. Bajo el mismosigno, la lingüística cognitiva, con su propuesta de com-prender a la cognición conceptual en tanto estructuradacomo una metáfora conceptual anclada en la experienciacorporal, fortaleció un enfoque corporizado acerca de laLOS SIGNOS DEL CUERPO 17estructuración de los conceptos. En la filosofía de la men-te y en la psicología del desarrollo, la cognición social oatribución psicológica sufrió también un giro en el que lasexpresiones faciales, los rasgos expresivos del comporta-miento y el papel de la percepción desplazaron la omnipre-sencia de los enfoques intelectualistas y fuertemente epis-témicos que habían dominado la escena en aquellas dosáreas. Nombres y fechas para el conjunto de estas transfor-maciones se hallarán en los capítulos de este libro.En ?Los signos del cuerpo: enfoques multimodales de lamente y el lenguaje?, se reúnen los resultados de las inves-tigaciones presentadas y discutidas en el Primer Encuen-tro sobre Gestos y Multimodalidad: Lenguaje, emociones ypercepción, realizado en la Facultad de Filosofía y Huma-nidades de la Universidad Nacional de Córdoba, los días2 y 3 de agosto de 2018. En dicho encuentro participaroninvestigadores que trabajan en distintos ámbitos discipli-nares, tales como la filosofía de la mente y del lenguaje,la psicología cognitiva del desarrollo infantil, la lingüísticacognitiva y comparada, desde una perspectiva teórica perotambién interesados en las implicaciones y aplicaciones dedistintos enfoques y resultados empíricos.En ?El lenguaje verbal también es icónico: corres-pondencias transmodales y simbolismo sonoro?, Caroli-na Scotto desarrolla un argumento empírico basado enla abundante evidencia en la literatura científica recienteque corrobora la ubicuidad y la importancia relativa entodos los lenguajes verbales del fenómeno icónico cono-cido como ?simbolismo sonoro?. Este concluye que el len-guaje verbal no es solo (mayormente) arbitrario, sino tam-bién icónico. Analiza, además, cómo dicho fenómeno esuna manifestación en el lenguaje de un fenómeno cog-18 LOS SIGNOS DEL CUERPOnitivo más amplio, el que en la literatura neurocognitivase conoce como ?correspondencias transmodales?. Se tra-ta de aquellas percepciones multisensoriales en las cua-les estímulos o atributos de esos estímulos, aparentemen-te no relacionados entre sí, en diferentes modalidadesy dimensiones sensoriales, producen una concordancia,conjunción o efecto de congruencia en el contenido dela experiencia. La vinculación entre el simbolismo sonoroy las correspondencias transmodales apoya la propuesta,defendida por la autora, de elaborar una caracterizaciónradicalmente diferente del lenguaje natural de aquella quehan ofrecido los enfoques ortodoxos, tanto en la lingüísticacomo en la filosofía del lenguaje, más afín con los enfoquescorporizados que con la perspectiva cognitivista clásica.Esta reformulación se basa en un argumento complemen-tario del anterior: si el simbolismo sonoro, como un subti-po lingüístico de iconicidad, es una expresión del papel delas correspondencias transmodales en el lenguaje, enton-ces el lenguaje debería ser redescripto como un fenómenosemiótico heterogéneo y multimodal. Como consecuenciade ello, y dado que en el conocimiento y en el uso dellenguaje están involucradas dimensiones icónicas y multi-modales, Scotto concluye que estos rasgos serán tambiénrelevantes para explicar una variedad de otros aspectosdel lenguaje, tales como el aprendizaje y el procesamientolingüístico, los usos comunicativos, los orígenes filogenéti-cos, el desarrollo ontogenético, el cambio lingüístico, entreotros. La reconfiguración del lenguaje que se propone esejemplificada en este trabajo mediante el examen de algu-nas importantes comprobaciones empíricas que sugierencuál podría ser el papel del simbolismo sonoro en un áreaespecífica, como es el aprendizaje temprano del lenguaje.LOS SIGNOS DEL CUERPO 19En ?Señalar el tiempo: el gesto deíctico desde un enfo-que multimodal del lenguaje?, Irene Audisio se ocupa deevaluar el papel de los gestos en relación con el lengua-je verbal humano. Actualmente se admite que los gestosson una parte integral del lenguaje, o que incluso formanun sistema unificado con el habla. Tanto en el origen dellenguaje como en los procesos comunicativos online, losgestos manuales muestran una relación dialéctica con laspalabras de la que depende el significado de las expre-siones. La autora se ocupa, en particular, del empleo delos gestos naturales deícticos, considerados básicos para lacomunicación humana, examinando un uso específico delmismo gesto, aquel ejemplificado por su incorporación enla lengua general de la Amazonia, el nheengatú. En estalengua, el gesto deíctico natural se une al empleo de pala-bras como un elemento constitutivo del sistema lingüís-tico. En efecto, se ha identificado un uso del movimien-to gestual de señalamiento como indicación sistemáticade tiempo, mientras que no existe en dicha lengua nin-gún recurso verbal específico alternativo que desempeñela misma función semántica y gramatical. De ese modo,el gesto se convencionaliza y se integra a la gramáticade la lengua al combinarse con palabras dentro de cier-tas estructuras gramaticales, con el objeto de cumplir lafunción de referir a un momento del día o un transcursode tiempo. Ello se logra combinando dos tipos semióticosdiferentes: gestos y palabras, los que a su vez son vehi-culizados en dos modalidades diferentes: la visual y laauditiva. El caso examinado obliga a reconsiderar la carac-terización estándar del lenguaje verbal humano, redescri-biéndolo, en el mismo sentido propuesto que en el tra-bajo de Scotto, como un sistema semiótico heterogéneoy multimodal. Sobre la base de la investigación realizadapor Floyd, Audisio analiza el proceso de gramaticalización20 LOS SIGNOS DEL CUERPOdel gesto deíctico, porque no solo muestra cómo se pue-de producir la integración de distintas modalidades en lossistemas lingüísticos, sino porque, incluso, permitiría darcuenta de cómo el lenguaje verbal, como parte del procesoonline de comunicación, integra en su estructura gramati-cal y léxica, de manera no redundante, vehículos propiosde la modalidad gestual.En ?Esquematicidad mimética en las metáforas mul-timodales: contribuciones a la teoría de la metáfora con-ceptual?, Carolina Mahler examina las ventajas de una pro-puesta específica acerca de las metáforas multimodales, enel marco de la teoría de la metáfora conceptual (TMC),elaborada por Lakoff y Johnson a partir de los años 80 delsiglo pasado. Dicha propuesta indaga sobre la estructurade las metáforas conceptuales multimodales, vinculandola corporeidad y la multimodalidad en la experiencia, paradar cuenta de una estructura cognitiva muy básica, habi-tualmente denominada ?dominio-fuente?, que se proyectasobre otra, conocida como ?dominio-destino?. Desde unaperspectiva diacrónica, la autora defiende la idea de que,como dominio-fuente, los ?esquemas miméticos?, y no los?esquemas de imagen?, pueden explicar apropiadamente laestructuración de las metáforas multimodales, dado que elpensamiento esquemático mimético posee un vínculo másdirecto con la diversidad de la experiencia sensorio-motrizy son cognitivamente más básicos en el desarrollo onto-genético. Esta propuesta fortalece, según muestra Mahler,el enfoque corporeizado que aporta la TMC para entenderciertas formas básicas de cognición humana, pero, ade-más, podría reflejar mejor la presencia de formas de cogni-ción multimodal en la temprana ontogenia, un fenómenodel que también dan cuenta las investigaciones en psico-logía del desarrollo y neurociencias cognitivas, así comolos enfoques corporizados de la cognición, más allá de laLOS SIGNOS DEL CUERPO 21TMC. De este modo, la propuesta amplía el alcance de lasmetáforas conceptuales desde el enfoque monomodal enel que recibieron su formulación clásica, hacia una pers-pectiva multimodal más amplia.Laura Danón se ocupa de un tópico común a losestudios filosóficos y empíricos sobre el comportamientohumano no verbal y el comportamiento animal. En ?Com-portamientos expresivos naturales y contenidos menta-les no proposicionales?, la autora se apoya en distintostrabajos de la filósofa Bar-On y colegas, quienes presen-tan un modo de interacción que puede tener lugar encriaturas carentes tanto de lenguaje como de pensamien-to proposicional (en sentido pleno): la llamada ?trian-gulación intermedia?. Quienes participan de este tipo devínculo triangular con otro semejante y con un objeto delentorno común dan respuestas afectivas y comunicativasconsistentes en la producción de comportamientos expresi-vos naturales. Tales comportamientos serían naturalmentediseñados para mostrar los estados psicológicos de quienlos realiza a otros que estén dotados cognitivamente parareconocerlos. Bajo esta caracterización, los estados menta-les que estas criaturas manifiestan mediante sus compor-tamientos expresivos son caracterizados por poseer con-tenidos no proposicionales. Danón evalúa de qué modolos autores mencionados consideran los contenidos noproposicionales que una criatura manifiesta mediante suscomportamientos expresivos y argumenta que son dos losposibles modos distintos de entender tal noción: comocontenidos de objeto o como contenidos que representanestados de cosas, aunque ninguno de los dos llega a satis-facer todos los requerimientos de los contenidos proposi-cionales en sentido pleno. Planteada esta disyuntiva, exa-mina cuál posición es más adecuada, y analiza, para ello,tres vías alternativas que estos autores podrían seguir: a)22 LOS SIGNOS DEL CUERPOentenderla totalidad de los contenidos que manifiestan loscomportamientos expresivos como contenidos de objeto;b) entenderlos como contenidos que representan estadosde cosas, pero no llegan a ser contenidos proposicionalesplenos; o bien, c) adoptar un enfoque híbrido, de acuerdocon el cual los comportamientos expresivos pueden mani-festar, en distintas ocasiones, tanto estados mentales concontenidos de objeto, como contenidos no proposiciona-les (en el sentido pleno del término) pero que aún versensobre estados de cosas. Según sugiere la autora, esta últimanoción es la más adecuada si se quiere capturar el amplioespectro de conductas y capacidades cognitivas presentesen distintas criaturas sin lenguaje.En ?Algunas reflexiones en torno a las otras mentes?,Daniel Kalpokas presenta algunas observaciones acercadel problema del conocimiento de las otras mentes. Talesobservaciones, aclara Kalpokas, se sitúan en el nivel per-sonal de análisis, y conciernen al problema epistemológicode cómo, a partir de las conductas expresivas de los otros,logramos conocer sus estados mentales. Después de pre-sentar un argumento, basado en la fenomenología de laexperiencia perceptiva, a favor de la tesis de que, al menosen ocasiones, podemos percibir los estados mentales aje-nos, Kalpokas hace una propuesta acerca de cómo podríaser entendida dicha tesis. Esta propuesta se articula sobrela base de dos tesis: una acerca de las conductas expresivasde los agentes, y otra acerca de la percepción de los estadosmentales ajenos. En primer lugar, sugiere que entendamoslas conductas expresivas que los otros realizan sin inten-ción comunicativa como que significan naturalmente susestados mentales correspondientes. Puesto que, según sesuele entender, el significado natural es factivo, si x (ciertaconducta) significa naturalmente p (cierto estado mental),entonces x implica p. Así, si una persona se comporta deLOS SIGNOS DEL CUERPO 23un modo que significa naturalmente cierto estado mental,entonces podemos estar seguros de que tal persona estáen tal estado mental. La idea principal es que percibir cier-tos comportamientos como que expresan tal y cual estadomental es percibirlos como que significan naturalmente taly cual estado mental. El conocimiento de trasfondo de quetales y cuales comportamientos significan naturalmentetales y cuales estados mentales es lo que, penetración cog-nitiva mediante, explica la fenomenología de la experien-cia cuando experimentamos las conductas de los otrosen cuanto expresan dichos estados. La segunda tesis, queretoma una línea conocida en filosofía de la percepción,sostiene que esta es una función de las expectativas quetípicamente nos formamos cuando percibimos un objetodesde cierta perspectiva y en ciertas condiciones ambien-tales. Dichas expectativas conciernen a cómo esperamosque se nos aparezca un objeto en caso de que cambiemosde posición respecto a él. En la percepción encontramostanto lo directamente presentado (la cara del frente de unobjeto, por ejemplo) como lo copresentado (la cara pos-terior del objeto). En el caso de las conductas expresivas,los comportamientos directamente percibidos copresen-tan otros comportamientos que son constitutivos, en cadacaso, de los tipos de eventos que son. El capítulo cierra res-pondiendo algunas posibles objeciones a esta propuesta.En ?Percepción dinámica de expresiones faciales yatribución de emociones?, Zoé Sánchez Barbieri argumen-ta a favor de considerar la dinámica del comportamientoexpresivo como un factor esencial para explicar la habili-dad para reconocer emociones. La autora examina cómo ladetección por parte del intérprete del despliegue secuen-cial de expresiones faciales y corporales de un individuole permite identificar de manera apropiada el tipo de esta-do emocional que experimenta el individuo y posibilita,24 LOS SIGNOS DEL CUERPOmás básicamente, que el intérprete pueda distinguir lasemociones de otro tipo de estados psicológicos. A fin dealcanzar el objetivo propuesto, la autora sigue los siguien-tes pasos en su examen: en primer lugar, caracteriza bre-vemente algunas metodologías usuales que los psicólogoscognitivos han utilizado para evaluar el reconocimien-to de emociones, basadas en imágenes estáticas capta-das mediante fotografías de distintas expresiones facia-les características. Luego, identifica las dificultades másimportantes que derivan de los protocolos realizados coneste tipo de estudios con imágenes, principalmente aque-llas basadas en la evaluación desprovista de contexto de lasexpresiones faciales y corporales. Sánchez Barbieri seña-la la importancia de tomar en cuenta distintos elementoscontextuales como elementos fundamentales para explicarnuestra habilidad para reconocer emociones. Por último,examina la dinámica de las expresiones faciales y la distin-ción proceso-producto aplicada a estos fenómenos expre-sivos, subrayando cómo el registro del proceso emocional,por parte del intérprete, tiene una importancia fundamen-tal para dar cuenta del reconocimiento de emociones ennuestras interacciones cotidianas. La combinación de losrasgos dinámicos y los factores contextuales, los que a suvez ponen de relieve el papel de los contextos interactivosen los que tiene lugar ?regularmente? el reconocimien-to de emociones, abona una perspectiva interaccionistade la atribución intencional, al menos para los casos másbásicos.El conjunto restante de los trabajos recoge resultadosde sendas investigaciones empíricas relacionadas con lasinteracciones tempranas en general, el reconocimiento deemociones, la recíproca influencia entre la percepción depropiedades amodales y formas de vínculo adulto-bebéen el desarrollo de las habilidades semióticas. Algunos deLOS SIGNOS DEL CUERPO 25los textos se concentran en la discusión teórica de tópicoscomo el innatismo o el modularismo de ciertas competen-cias psicológicas de la primera infancia, otros apuntan a unenlace con el campo clínico y el pedagógico.En ?Desarrollo semiótico, multimodalidad y cuerpo?,Fernando G. Rodríguez se propone, recapitulando algunospuntos ciegos de la versión modular-innatista del lenguaje,revisar la serie de los hitos del desarrollo sociocognitivo dela primera infancia, particularmente aquellos que atañen ala ontogénesis de las habilidades expresivo-comunicativas,considerando en detalle la condición del gesto como pri-mer signo de realización deliberada en el sujeto humanoy su ulterior (en realidad, casi contemporánea) relación deacoplamiento con la palabra. Los progresos de la semiosisinfantil son presentados desde una perspectiva que entien-de las competencias de interacción en general, tanto lasasociadas con la intersubjetividad primaria como las quenormalmente se han reconocido decisivas de la secun-daria, no solo en cuanto precursoras, sino en calidad defactores determinantes en el ingreso del niño al mundode la significación intencionada. Esta es asumida comoel desenlace de la conjunción de muy distintas destrezasantecedentes, de modo especial las vinculadas al uso delcuerpo y a la gesticulación. De modo particular, el textose concentra en las contribuciones específicas de los ges-tos de tipo representacional al desarrollo comunicativo delsujeto. Aunque este gesto constituye una categoría habitualen la investigación empírica, no es por lo regular conside-rado en el nivel teórico, desde una perspectiva de conjuntodonde las distintas estrategias y recursos comunicativosdel niño pequeño constituyen de hecho un elenco inte-gral multivariado. Precisamente, dentro de la cartografíade la semiosis del sujeto, los gestos representacionales sedejan reconocer como signos irreductibles, en su forma y26 LOS SIGNOS DEL CUERPOsu materia, a otros tipos de gestos y a la verbalización. Enla interfaz entre el mundo referencial (esto es, el mundopasible de ser significado) y el cuerpo como instrumento,capaz de escenificar o modelar la realidad de los objetos,los gestos representacionales implican un recorte o selec-ción del cuadro perceptivo, y luego una expresión, exterio-rización isomórficamente elaborada. El gesto de esta clasesupone, por tanto, la variante sígnica en que la plastici-dad mimética del cuerpo alcanzaría el punto más alto deiconicidad multimodal que puede registrarse en los actosde significación humana. El recorrido pretende acentuarla máxima importancia que reviste la reintroducción de lacorporeidad en los estudios sobre el desarrollo semióticoen sentido lato, y de un modo concreto en los estudiossobre las primeras fases del lenguaje concebido como acti-vidad (enérgeia).En ?Desarrollo intersubjetivo y perceptivo: el ritmocomo ejemplo de su enlace durante el primer año de vida?,Mauricio Martínez discute el tránsito desde la intersubje-tividad primaria a la secundaria (revolución del novenomes) señalando que la mayoría de las teorías que abordaneste pasaje se excusan con elegancia de dar una explica-ción de él, e invariablemente aluden a cierto salto cualitati-vo. Advierte, sin embargo, que a lo largo del primer año devida el niño experimenta, sobre todo, cambios paulatinosen los modos de su interacción. Según su tesis:Si asumimos que existe un vínculo entre la percepción intersen-sorial y el desarrollo intersubjetivo, resultaría plausible interpre-tar que los cambios en la conducta del bebé se encuentren, dealgún modo, sustentados por cambios en sus capacidades per-ceptivas. Ahora bien, [...] ¿qué clase de información percibe elbebé durante los intercambios?, [y] ¿qué clase de relación debe-mos establecer entre el desarrollo de ambas capacidades?LOS SIGNOS DEL CUERPO 27La clave propuesta para cruzar ambas competencias,una cognición fría y otra templada en el calor del inter-cambio socioemocional, reside en una de las facetas de lamusicalidad comunicativa, a saber, elritmo, donde el autorcree hallar el hilo conductor que atraviesa una serie demodificaciones en las pautas perceptivo-relacionales delbebé. Mes a mes puede rastrearse la evolución de la con-ducta infantil frente a los modelados rítmicos multimoda-les del adulto. Dicho con una fórmula: el involucramien-to del bebé en la interacción diádica primaria permitiríael desarrollo de su percepción intersensorial y, dialécti-camente, esta iría modelando las formas de su socialidaden un marco ascendente, espiralado, de recíproco apunta-lamiento. La indicación es de primera relevancia, ya quepretende llenar el espacio entre intersubjetividad primariay secundaria desde una psicología del desarrollo de estric-to sentido empírico, sin echar mano al recurso habitualde suponer, a esta temprana edad, dispositivos de carácterdado y ya acabados al momento de nacer.En ?Competencia social y reconocimiento de emo-ciones a partir de expresiones faciales y lenguaje corpo-ral en sujetos del espectro autista. Plataformas virtualescomo apoyo a la experiencia?, Xilenia Carreras examina elreconocimiento, la transmisión y la comunicación de esta-dos emocionales a partir del lenguaje corporal y la ?lec-tura? de las expresiones faciales en sujetos afectados porla condición del espectro autista (CEA). Sobre la base deun modelo corporizado de la cognición social, que bus-ca explicar de qué modo los niños con desarrollo típi-co consiguen reconocer emociones y comunicarse eficaz-mente con otros, la autora analiza algunos de los déficitsen la interacción social que caracterizan a los sujetos conCEA, que consisten en alteraciones clínicamente signifi-cativas en la interacción social y la comunicación, y que28 LOS SIGNOS DEL CUERPOse manifiestan mediante patrones restrictivos o repetitivosdel comportamiento, los intereses o las actividades. A par-tir del marco teórico escogido, la autora se propone eva-luar algunos de los usos, ventajas y limitaciones derivadosdel empleo de plataformas virtuales para la enseñanza yel entrenamiento de habilidades socioemocionales, consi-derando experiencias y desarrollos específicos. Como con-secuencia de ello, finalmente, realiza algunas sugerenciaspara el diseño y el empleo de plataformas virtuales quepueden servir de soporte para enriquecer la experienciasocial en estos casos, tanto en contextos clínicos comoeducativos.El trabajo ?Gestos y palabras. Los gestos de maes-tras y alumnos durante la enseñanza de vocabulario? deAlejandra Menti está dedicado al análisis de la funciónque cumplen los gestos de docentes y alumnos durante elaprendizaje de vocabulario específico, no familiar o pocofrecuente, en clases de Ciencias Sociales en la escuela pri-maria. Se trata de una investigación empírica, realizadaen el ámbito de las escuelas públicas primarias de Cór-doba (Argentina), para la cual se adoptó una metodologíamixta que combina de modo secuencial una fase cualita-tiva y otra cuantitativa. Los resultados del análisis cualita-tivo pusieron de manifiesto que tanto las maestras comolos niños emiten gestos con cuatro distintas funciones:ampliar o reforzar la información que expresan verbal-mente, cubrir el vacío lingüístico, manifestar comprensióncompartida y enfatizar aspectos de sus intervenciones. Losalumnos se valen especialmente de gestos icónicos antedificultades en la recuperación del léxico técnico apropia-do, mientras que los docentes utilizan estos mismos ges-tos para favorecer fáticamente la interacción y consolidarel concepto en el niño, si su gesto hubiera sido concep-tualmente atinado. El análisis cuantitativo mostró que losLOS SIGNOS DEL CUERPO 29interlocutores ?docentes y alumnos? privilegian el empleode gestos destinados a ampliar o reforzar la informaciónque proporcionan verbalmente. La investigación pone demanifiesto que el aprendizaje de vocabulario conceptualno depende exclusivamente del discurso verbal, de la can-tidad, diversidad o complejidad de los términos del léxico,sino del aporte en simultáneo de la gesticulación, sugirien-do que, como en otros campos, también en el espacio dela educación el gesto cumple un rol central, permitiendo,a los docentes, optimizar la transmisión de contenidos y,a los alumnos, consolidar el proceso de incorporación deconceptos. Este texto, ya publicado previamente, consti-tuye el informe final de una investigación concluida y unvalioso reflejo de cómo se estudia empíricamente la pre-sencia del gesto en un espacio práctico, en este caso laescuela, habilitado entonces como herramienta fecundapara repensar las coordenadas básicas de la transmisiónde conocimientos.Los trabajos reunidos se ubican en una posición que com-prende la mente de forma no restringida a la compu-tación de símbolos abstractos. Al contrario, desde el traba-jo empírico y desde la evaluación teórica, defienden porigual la primera necesidad de entender que otros aspec-tos deben integrarse a la investigación sobre la mente y lacomprensión de otras mentes, superando la oposición yo-otro, desentendida de los puntos de encuentro inmediatoque enlazan las subjetividades. Estos puntos de encuen-tro precognitivos (si reducimos falsamente los procesoscognitivos a procedimientos de tipo informático, según lametáfora del pensamiento como un algoritmo de supremadensidad) tienen su espacio en la corporeidad, plasma-da en el rostro, en la expresión facial, en manifestaciones30 LOS SIGNOS DEL CUERPOespontáneas o deliberadas de emociones, en la gestua-lidad, en las habilidades perceptivas. De ese modo, ten-dríamos acceso a un otro que no sería todavía, en loscomienzos de la interacción diádica con semejantes, unotro basado en atribuciones mentalistas, con una menteinterior, sino una alteridad plena y sin doble fondo, sindesdoblamiento entre fenomenidad patente y un lado deatrás solo indirectamente penetrable. La reivindicación delcuerpo como parte esencial de los problemas referidos ala condición humana en su nivel más básico parece, a laluz del que ha sido llamado ?giro corporal?, una demandageneralizada ante el agotamiento de una perspectiva parala que no hay que confundirlimitaciones con falta de méri-tos. La cuantiosa contribución del cognitivismo mentalista,por espacio de más de medio siglo, ha dado así su mejorfruto desde el ángulo particular en que se había ubicado,y ahora se mueve, transformado, hacia una posición desdela que el objeto le revela aristas previamente ocultas. Peroinclusive el lado oculto de la Luna se descubre en cuantonos desplazamos, y es justamente de ello, de movimiento,de lo que se trata. De cómo variables como el movimiento,que es movimiento corporal en el espacio y en el tiempo,condicionan nuestra percepción y posterior conocimientodel objeto.