Resumen:
La educación adquiere especial atención cuando se analiza el comportamiento del
mercado laboral en los países en desarrollo, y particularmente al momento de considerar
el desempleo de los jóvenes. El perfil educativo de éstos, teniendo en cuenta las ventajas
competitivas que puede generar una población joven más calificada, puede influir en la
tasa de inversión y en la creación de empleo en una determinada zona.
En los últimos años se ha registrado un incremento de la tasa de desempleo juvenil
en Córdoba al igual que en el país. Sin embargo, este indicador no constituye la única
variable a tener en cuenta cuando se quiere analizar la situación particular de los jóvenes
en el mercado laboral. Esto se explica, en parte, por el hecho que constituyen el grupo
etario, que al no tener generalmente la responsabilidad de ser el sostén económico del
hogar, evidencia menores niveles de entrada, permanencia y estabilidad en el mercado
laboral, y de condiciones de contratación más precarias.
La existencia de un importante número de jóvenes desempleados o subempleados
en una sociedad no es un aspecto neutro, sino que conlleva diversos costos que conspiran
contra una estructura ocupacional moderna. “La introducción de nuevos procesos
tecnológicos, la reconversión industrial, la irrupción de los servicios de alta especialización
como motores del crecimiento, presuponen, para su mejor y rápido aprovechamiento, que
la población más joven esté incorporada en forma activa, ya que las cohortes de entrantes
al mercado exhiben crecientes niveles educativos y mayor facilidad para absorber la
innovación y la adaptación a los cambios tecnológicos” (Diez de Medina, 2001). Desde el
punto de vista personal del joven, un perfeccionamiento profesional a temprana edad es
decisivo para conseguir nuevos empleos o mejores ingresos laborales futuros.
Otras consecuencias preocupantes del desempleo juvenil provienen de su relación
con problemas sociales, como el desincentivo a la creación de un hogar y una familia, o
más grave aún el aumento de los niveles de criminalidad y abuso de drogas.
En el mercado juvenil, se observan situaciones heterogéneas. Por un lado, los
jóvenes que provienen de hogares de mayores ingresos, cuyos padres frecuentemente
están empleados, se caracterizan por buscar trabajo durante largos períodos, debido a
que cuentan con el apoyo financiero familiar que facilita este proceso. Por otra parte, se
encuentran los jóvenes que provienen de hogares de bajos ingresos, quienes tienden a
abandonar la instrucción formal tempranamente. Por ende, el ingreso exitoso al mercado
laboral se dificulta, a la vez que la influencia y el apoyo familiar no suelen ser conducentes
al aumento de su probabilidad de emplearse.