Resumen:
esde una perspectiva formal, la escritura de textos jurídicos está sujeta aconvenciones estilísticas estrictas en lo relativo al registro y a las estructurasde género altamente codificadas. Existen fuertes restricciones a todo nivel,desde la macroestructura de los textos a sus párrafos, oraciones y frases, conuna marcada tendencia a las formas estandarizadas, poco frecuentes oprácticamente nulas en la lengua general, frases hechas, colocaciones yreferencias anafóricas, catafóricas y extratextuales. Estas formas lingüísticascongeladas que casi no permiten variaciones de forma solo pueden sertraducidas recurriendo a rutinas paralelas en la cultura de llegada. Por otrolado, el discurso jurídico es intrincado y oscuro, y refleja no solo lacomplejidad del pensamiento y razonamiento legales sino también laverbosidad y pompa tradicionalmente asociados con esta profesión. En estecontexto, se revaloriza el papel del traductor quien además de«transcodificador lingüístico» deberá ser experto en