Cuando los seres naturales sirven para argumentar a favor de la fe. Una revisita al "Sermão aos Peixes" del padre jesuita Antonio Vieira

Córdoba

Jornada; IV Jornadas Internacionales "Ecoenguas"; 2015

Facultad de Lenguas UNC

El 13 de junio de 1654, en la ciudad de São Luis do Maranhão, nordeste brasileño, en pleno período colonial, el sacerdote jesuita portugués Antonio Vieira pronunció su célebre Sermão de Santo António aos Peixes, a modo de reactualización en suelo americano del que otro portugués de origen, el franciscano San Antonio de Padua, hiciera en Rímini, Italia, cuatro siglos antes. El sermón del padre Vieira se convertiría en una pieza clásica de la retórica, a la vieja usanza de los predicadores de la Compañía de Jesús. Al observar que tanto los colonos portugueses como inclusive algunos de los misioneros vivían en un estado de corrupción, esclavizando y maltratando a los indígenas y sintiendo que nadie estaba dispuesto a escucharlo, el jesuita dirige su palabra admonitoria hacia los peces que pueblan las costas brasileñas. El sermón recibió ese nombre por haber sido predicado en coincidencia con el día del santo. Además, Vieira tomaba a San Antonio como modelo y, haciendo referencia al milagro de los peces, tomó la decisión de imitarlo y, también él, ir a predicar a los peces. Los peces son alegóricos de las cualidades y los defectos de los hombres. Revisitamos en el presente trabajo este antiguo sermón predicado en Brasil colonial, para verlo no solamente como alegoría de los vicios y las virtudes de los hombres, sino en clave argumentativa en la que los seres naturales tienen el protagonismo. Peces y humanos se imbrican íntimamente en la prédica de Vieira, en lo que podría considerarse como el primer discurso ecológico (aunque no ?ecologista?) en tierras brasileñas, pero de una ecología particular, porque aquí los seres naturales, concretamente los peces, se constituyen en metáfora de los humanos.