SAN EMETERIO CÉSAR PABLO
Congresos y reuniones científicas
Título:
Semiosis del cuerpo que trabaja
Lugar:
LA FALDA
Reunión:
Simposio; V Simposio Internacional Representación en la Ciencia y en el Arte (SIRCA); 2011
Institución organizadora:
Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC
Resumen:
El objetivo de esta ponencia, es situar el nivel de inscripción semiótica del cuerpo que trabaja. Partimos de la dimensión del acto de trabajo como específicamente humano y articulado como una operación de lenguaje que opera a través de lo biológico del cuerpo, integrándose a un sistema semiótico general. Es decir, partimos de cuestionar el carácter bio-psico-social de la experiencia humana, para situarla como emergente de un sistema social complejo articulado por la dimensión discursiva, productora de la realidad psíquica y que capta al cuerpo biológico en este sistema que lo abarca con sus operaciones y le da sentido y dirección, situando la experiencia individual específica en lo real del goce en tanto excede el campo del discurso. Para realizar esta articulación, partimos de diversos desarrollos teóricos tales como el psicoanálisis francés, la teoría de sistemas, la sociosemiótica y la teoría de la ideología de Voloshinov, entre otras múltiples referencias. Esta producción de sentido social, es posible inscribirla en diferentes niveles de la semiosis social, donde el cuerpo biológico es sometido a dicho orden, siendo el emergente de la subjetividad, una entidad social que guarda relaciones de conflicto con lo que queda fuera del registro del discurso social, es decir, lo real del goce en tanto no representable. Entonces, encadenamos una serie de enunciados para intentar dar cuenta de la semiosis del cuerpo que trabaja. En primer lugar enunciamos que el acto de trabajo es un acto discursivo que se sustrae del aparato de la enunciación, y donde dicho acto puede significar por sí mismo, siendo su operación su propio referente. En segundo lugar, decimos que el acto está estructurado por la secuencia propia del significante, en tanto no separamos discursos de prácticas, en la medida en que todas son prácticas pero que operan en registros diferentes, lo cual nos lleva a considerar que el fenómeno del lenguaje en tanto objeto de estudio en el campo de los estudios lingüísticos y discursivos, debería abarcar las operaciones lingüísticas del cuerpo, ya que operan con la secuencia del significante en múltiples cadenas articuladas que no son percibidas, o que son veladas por lo real del acto. En tercer lugar, afirmamos que este acto de trabajo posee una estructura bivalente donde el cuerpo es captado por el significante y es operado por el mismo. En cuarto lugar, sostenemos que la subjetividad es un producto de los actos significantes, y si el trabajo es un acto, no puede sino producir subjetividad como producto. En quinto lugar, si el trabajo tiene estructura significante, necesariamente cobra valor en referencia a la cadena significante a la que se articula y que lo excede. En sexto lugar, y como una de las consecuencias centrales de lo afirmado, afirmamos que el trabajo forma parte del sistema discursivo que somete al cuerpo biológico, y que el trabajo es una secuencia significante que produce el goce del cuerpo sometido en la medida en que la secuencia significante se opera en el cuerpo produciendo su goce como lo extranjero al sistema discursivo, siendo a su vez su causa energética, en la medida en que el goce es lo que produce que el discurse trabaje. En séptimo lugar entonces, decimos que la articulación de goce, sentido operacional y significado imaginario, son entidades diferentes producto del acto de trabajo socialmente producido, en la dinámica de la semiosis social, lo que nos permite acceder al acto de trabaja de una manera que supere el análisis imaginario de las representaciones de conciencia y el análisis de los discursos sociales sin sustancia, en la medida en que eliden la dimensión del cuerpo real del acto del trabajo.