El propósito de este trabajo es problematizar la incidencia del género en la construcción de sentido de los textos. Entre estos últimos, se focalizan los literarios, y entre sus lecturas, un tipo en particular, el operado por la crítica literaria, que desde sus posicionamientos puede contribuir tanto a perpetuar como a desestabilizar estereotipos. Partimos de considerar tanto el texto leído como el sujeto lector desde su materialidad: la materialidad significante del texto; las condiciones materiales del sujeto, dimensionadas estas a su vez desde una discursividad social que les asigna un sentido, una legitimidad o una posición subalterna en relación con otras subjetividades. Realizamos para ello un recorrido por las diferentes conceptualizaciones del género en las sucesivas etapas de la crítica feminista, para llegar finalmente a las formulaciones propuesta por la teoría queer, y destacar las implicancias que en cada caso se derivan en términos de lo que denominamos una ?política de la lectura?, en la que se postula como deseable el mayor grado posible de explicitación de supuestos teóricos, en orden  a evitar la naturalización de construcciones culturales que, cuando son aceptadas como evidentes, limitan no sólo la pluralidad de sentidos del texto, sino también las posibilidades de acción del sujeto sobre su realidad material.