STASSI HECTOR MARTIN
Libros
Título:
Indicadores de Sustentabilidad en la Gestión del Turismo: una radiología en la Provincia de Córdoba - Argentina
Editorial:
ACADEMICA ESPAÑOLA
Referencias:
Lugar: BARCELONA; Año: 2013 p. 145
ISSN:
978-3-659-06914-7
Resumen:

El turismo es un fenómeno social que consiste en el desplazamiento voluntario y temporal de individuos o grupos de personas fundamentalmente con motivo de recreación, descanso, cultura o salud. A su vez se llama turistas, a aquellos individuos que desarrollan la actividad turística trasladándose de su lugar de residencia habitual a otro, en el que no desarrollan ninguna actividad lucrativa ni remunerada, generando múltiples interrelaciones de importancia social, económica y cultural. (Torre Padilla; 1997).

Respecto de los actores turísticos se consideran como tales las  administraciones públicas, empresas de servicios turísticos, grupos de interés empresarial, grupos de interés sindical, agencias sociales locales, personas que poseen recursos turísticos y personas que generen opinión e influencia.  Para que un actor del territorio sea considerado como tal tiene que reunir dos características fundamentales: 1 ? Una formal, en el sentido de que el agente pertenezca a algunos de los tipos descritos anteriormente; 2 ? Otra funcional, es decir que realice acciones que afecte al sistema turístico local en su conjunto. (Merinero Rodríguez, Zamora Acosta; 2009).

La prestación de los distintos servicios que conforman la oferta turística de un destino particular, se realiza a través de los actores o agentes turísticos, que confluyen a desarrollar la propuesta para satisfacer la demanda de los distintos grupos.

Los agentes turísticos pueden estar organizados como grandes, pequeños o medianos empresarios (pudiendo ser a su vez públicos o privados), constituyendo agentes activos y dinamizantes del sector, al plasmar con el pulso de la demanda turística, inversiones en alojamiento, restaurantes, agencias de viajes y empresas afines.

Para lograr desarrollar la actividad turística se requiere infraestructura y recursos humanos, es decir recursos turísticos capacitados para la prestación de servicios como: transporte, alojamiento, esparcimiento y gastronómicos; que forman parte de las propuestas de actividades ofrecidas a los turistas.

La actividad turística ha ido mutando en sus características y ofrecimientos, las actuales tendencias han determinado la ejecución de emprendimientos de naturaleza cada vez mas variada en cuanto a los servicios que ofrecen, como consecuencia de las necesidades de turistas más sofisticados e informados que buscan nuevas experiencias, diferentes a las que ofrece el turismo tradicional o de masas.

Se puede mencionar como ejemplo de ofertas no tradicionales: los servicios brindados por empresas que organizan travesías, cabalgatas, pesca deportiva, practica de la tirolesa, cursos de buceo y los viajes para solos y solas, entre otros. Todas estas actividades contribuyen a enriquecer la pluralidad de servicios y el desarrollo de la actividad turística.

La oferta de los destinos turísticos se sustenta y potencia, en base a los recursos turísticos con los que cuenta. Es decir los elementos naturales, la actividad humana o el resultado de la misma que pueda generar o incitar el desplazamiento por motivos de ocio.

Se presentan básicamente dos grupos de destinos turísticos, aquellos asociados con los bienes naturales y los que se encuentran relacionados con su cultura e historia, que despiertan el interés en los turistas por conocer, sobre los cuales se ira desarrollando los distintos productos turísticos relacionados.

De la combinación de recursos turísticos sumados a la infraestructura del lugar, equipamientos y servicios disponibles. Se conforman los productos turísticos, que se pueden caracterizar por (Picardi De Sastre et al; 2011):

Su Tipología: integran el sector terciario de la economía y pertenece al grupo de servicios que se consumen eventualmente. Se caracteriza por el desplazamiento del consumidor y el tamaño de las organizaciones, las que pueden variar de una empresa unipersonal, como por ejemplo un guía de turismo, a una cadena hotelera internacional.

Su Utilidad: en el producto turístico podemos destacar dos tipos de utilidades, una básica: determinada por los atractivos convocantes (generalmente naturales) y las actividades motrices y recreativas que se pueden realizar; y una utilidad complementaria constituida por las distintas propuestas de valor que presente un destino y que dependen de la infraestructura turística desarrollada.

En caso de destinos que promocionen atractivos similares (por ejemplo: playas, ríos, montañas entre otros), el factor diferenciador para la elección entre las distintas alternativas será los beneficios complementarios que se ofrezca para cada uno de los segmentos del mercado (por ejemplo se pueden mencionar algunos criterios de segmentación, como por ejemplo la clase social, adolescentes que viajan solos, familias con niños pequeños, entre otros).

Su Función: la función del producto turístico es satisfacer necesidades de tipo psicológico, siendo el resultado de este servicio la experiencia vivida. De allí que los resultados de un viaje no sean iguales entre dos personas.

La experiencia dependerá de las expectativas previas al momento del viaje y sus vivencias durante el mismo, pudiendo cubrir dichas expectativas, superarlas o no alcanzarlas.

Su Necesidad: el hombre ha evolucionado respecto a sus necesidades. Se identifican básicamente dos tipos de necesidades, las innatas o básicas (relacionadas con las fisiológicas) y las adquiridas (relacionadas al lugar de residencia y el status social que se ocupa). Agregándose las experiencias acumuladas de los individuos, que determinan sus costumbres y gustos.

Su Satisfacción: está condicionada por el agrado o disgusto que experimenta el comprador después que consumió un servicio. Los atributos que caracterizan a cada uno de los productos generan respuestas inmediatas y de corto tiempo, pero de acuerdo con la experiencia vivida podrá prolongarse durante toda la vida.

La satisfacción puede expresarse como la diferencia entre las percepciones del servicio turístico y las expectativas previas creadas sobre el mismo. (Percepciones ? Expectativas =   Satisfacción (+)  o Insatisfacción (-))

Los productos y servicios turísticos ofrecidos,  coadyuvan a un impacto positivo en las economías (principalmente locales y regionales) ejerciendo a su vez un importante factor multiplicador, beneficiando a la comunidad a través de la creación de empleos que como efecto secundario incrementan el nivel de vida de la población, fruto de una redistribución de las riquezas que el turismo genera.

Lo anterior se canaliza a través de la comercialización de la producción y el consumo de los diferentes bienes y servicios que se generan para satisfacer la demanda inducida por la actividad turística.

El turismo se convierte a nivel regional y municipal, en un instrumento eficaz de desarrollo y bienestar para los pobladores, quienes pueden incorporarse en distinta medida a la actividad.

En este sentido el efecto producido en la redistribución de la renta, por el desarrollo de la actividad turística, contribuye al logro de los objetivos económicos y sociales, atenuando los desequilibrios económicos existentes y estableciéndose una relación productiva entre áreas regionales emisoras y receptoras.

El rol que el turismo puede jugar actualmente en el desarrollo de la economía y la sociedad, de las comunidades locales aledañas a los atractivos turísticos, parques y áreas de reserva, es incuestionable; generando fondos genuinos en las instituciones públicas y privadas a cargo de la administración de estas áreas, que luego han de materializarse en planes de desarrollo que benefician tanto a turistas como a las comunidades locales y a la conservación de la integridad del medio natural, cultural y humano de las comunidades receptoras. Esto último es condición fundamental para el desarrollo del turismo a largo plazo.

Por otro lado, la gestión racional del turismo debe contribuir a la protección y mejoramiento del entorno físico, puesta en valor del patrimonio cultural rescatándolo del abandono y construir sobre este, una propuesta alternativa al turismo (Venturini; 2003).

En este sentido, las autoridades locales y regionales deben promover los mecanismos de regulación de las actividades de desarrollo turístico. Evitando el deterioro del suelo, los excesos de explotación de los recursos y la sobre población.

Al mismo tiempo, las autoridades deben fomentar una planificación integral y participativa de la actividad turística, que abarque a todos los interesados e involucrados en el desarrollo de la actividad (empresarios de servicios turísticos y afines, responsables de la gestión pública y la comunidad en general); realizando los esfuerzos en informar y educar a los turistas, para que respeten y conserven el medio ambiente de los destinos que visitan.

Por su parte el turista, como actor clave de esta actividad, debe internalizar el respeto que su obrar le debe no solo al ambiente natural que visita sino también a las costumbres y cultura de las comunidades receptivas, actuando de manera respetuosa con el entorno, dado que los recursos ambientales destinados al turismo no son inagotables. El turista debe lograr un intercambio positivo entre su presencia y el destino visitado.

La actitud desaprensiva de los turistas con el entorno, traerá como consecuencia privar de dichos recursos a las futuras generaciones, comprometiendo sus posibilidades de desarrollo. Para poder actuar sobre el comportamiento del turista, es necesario conocer y comprender la conformación de la demanda turística que afecta a un destino particular.

Se puede considerar demanda turística al conjunto de bienes económicos, en su mayor parte servicios, que los consumidores están dispuestos a adquirir para la satisfacción de necesidades inherentes a disfrutar y descubrir el destino elegido; tales como: entretenimiento y recreación, alojamiento, transporte y alimentación.

La demanda turística trae implícito los siguientes tópicos (Beaufond; 2006):

1       Desplazamiento de los consumidores en busca de los bienes turísticos.

2       Transformación de la conducta habitual del consumidor (modificación de la demanda).

3       La distribución de los gastos de transporte, hospedaje, alimentación, compras de otros bienes / servicios y entretenimientos en general, se hace en base al poder adquisitivo acumulado (ahorro).

4       El poder adquisitivo discrecional se reparte entre ahorro de renta y bienes de ocio (tales como los bienes turísticos).

Como demanda turística, la misma está conformada por grupos de turistas, viajeros y visitantes, constituyendo en forma agregada un grupo heterogéneo y dispar de personas en cuanto a sus gustos, preferencias, personalidades, intereses características sociodemográficas, motivaciones y experiencias.

Se puede relacionar a la demanda, con el proceso de toma de decisiones que los individuos realizan constantemente al planificar sus actividades de ocio. Donde las preferencias sobre las mismas, dependen de muchos factores no sólo económicos sino también psicológicos, sociológicos, físicos y éticos.

Al tratarse con personas (los turistas), es demasiado simplista pretender reducir su comportamiento en base a cuestiones económicas ya que existen una gran cantidad de variables de difícil medición que ejercen sobre la demanda sus efectos. (Por ejemplo: motivaciones, factores psicológicos, costumbres, creencias, tiempo de ocio, estilos de vida, etc.)

Un punto a destacar, es que la decisión de compra de productos turísticos se guía por una cautela mayor que para otros bienes de consumo. Ya que se trata de una inversión económicamente importante, que tiene implícita una enorme expectativa; esto es así pues para la mayoría de los turistas, la adquisición de servicios turísticos es para ser utilizados durante su descanso anual de vacaciones, momento en el que se aprovecha para reforzar los vínculos afectivos, a la vez de vivir experiencias únicas perdurables.

Por todas estas razones, la elección de un destino turístico no se realiza de forma espontánea o caprichosa como consecuencia de un impulso emocional o de la simple evaluación de los recursos turísticos del lugar, sino influenciada por el enorme riesgo implícito que trae aparejado una mala elección y una importante variedad de factores tanto físicos como perceptuales.

En consecuencia, la construcción de la imagen que exista en la mente del consumidor sobre un destino potencial o un servicio concreto, será decisiva en el complejo proceso de toma de decisiones.