En sulibro sobre teatro y política Not just amirror, el dramaturgo alemán Florian Malzacher se pregunta ?¿Quiénrepresenta a quién, de qué modo y con qué derecho??[1] Lacrisis dela representación en la democracia también implica una conmoción en lamaquinaria de la representación en el teatro. En la obra del dramaturgo yartista plástico belga Jan Fabre (Amberes, 1958),dicha pregunta parece subyacer a toda acción artística. En el presente trabajoanalizaremos de qué manera, a través de sucesivas puestas en abismo y juegos deespejo e inversiones, en tres monólogos teatrales de Fabre se reflexiona acercadel arte y de la ciudadanía, interpelando al espectador, cuestionando su rol enla relación con la obra y la sociedad en que vive, intentando restituiral teatro su carácter ciudadano, es decir, como espacio en el cual se interpelaal espectador no sólo como ?cómplice?, del ?nosotros? en el convivio sino,sobre todo, a través de una conmoción generada en las obras por la cesura en eldiscurso, lograda con diferentes recursos como el uso de diferentes lenguajesartísticos y el descentramiento de la mirada del lector-espectador.