Cuando en la segunda mitad del siglo XX, especialmente en países como Canadá y Estados Unidos, surge el fenómeno del multiculturalismo, este término hace referencia principalmente a una serie de demandas de los grupos minoritarios: homosexuales, afroamericanos, feministas, etnias, por citar sólo algunos.
Más tarde, sobre todo en Europa y en América Latina, la noción de interculturalismo hará irrupción para aludir especialmente al fenómeno de la inmigración en Europa, y, en Latinoamérica, a la exigencia de reconocimiento cultural y político por parte de las comunidades autóctonas. En este último caso, la cuestión de la migración de los grupos nativos, tanto en el interior de las naciones como hacia otros países, acarrea consecuencias culturales propias de los procesos de movilización.
Sin entrar en estos debates, y según los fines perseguidos en el presente trabajo, analizaremos sólo los términos ?multiculturalidad? e ?interculturalidad?. Con el primero, damos cuenta descriptivamente de sociedades en las que conviven grupos provenientes de diferentes culturas, esto es, la tan mentada ?diversidad cultural? entendida como pluralidad. Cabe acotar que resulta imposible negar que el pluralismo cultural sea el paradigma mediante el cual se intente explicar o, más aún, manejar la multiculturalidad toda vez que ésta implica y favorece la dominación. En este sentido, las configuraciones multiculturales son presentadas como problema a enfrentar o resolver y no como un punto de partida para pensar la realidad pluralista entendida como presencia de hecho de varias culturas en un mismo contexto. Con respecto al segundo vocablo, ?interculturalidad?, hacemos referencia a la interacción o al encuentro entre grupos culturales dando por sentado que las sociedades son multitculturales. Se enfatiza así la coexistencia que propicia la relación y el diálogo entre las culturas involucradas.
Por esta vía, constatamos la dimensión fáctica para ?multiculturalidad? en tanto convivencia, reconocimiento de la diversidad y de la identidad, gestión y regulación de la diferencia, problemática al fin de los grupos hegemónicos frente a los subalternos. Esta diversidad que es se manifiesta a menudo como un conflicto o una tensión que ponen en evidencia los grupos de poder dentro de los Estados. En lo que atañe a la ?interculturalidad?, ponemos el acento en la interacción dando por supuesto que las sociedades son multiculturales, y que, en consecuencia, la diversidad de culturas y sus diferencias activan el encuentro y el diálogo entre las diversas culturas que interactúan y se interrelacionan, no sin dificultades, pero sin hegemonías ni regulaciones planificadas de la diversidad.
