?Expresiones de la violencia en el teatro de Bernard-Marie Koltès?

Retóricas contemporáneas de la violencia. Lecturas anotadas (Graciela Ferrero, Natalia Ferreri y Gabriela Mondino, compiladoras)

Teseo

Lugar: Buenos Aires ; Año: 2022; p. 23 - 49

En el artículo referido se estudian las violencias plasmadas en los textos del corpus y el modo en que ellas aparecen. En el teatro de Bernard-Marie Koltès, se reconoce una compleja interacción de violencias subjetiva, objetiva y simbólica . En efecto, la violencia subjetiva, esto es, la que percibe el lector/espectador en términos de agresiones físicas o verbales, está generalmente englobada y por ende, engrosada, por una violencia objetiva, sistémica, que remite a situaciones históricas que marcaron el siglo XX, caracterizándolo como un siglo violentamente genocida. Las guerras de Corea y de Vietnam; la Segunda Guerra mundial; la guerra de Argelia, son algunos de los hechos históricos que aparecen como telón de fondo en las obras de B-M Koltès y que operan como redes casi invisibles que atrapan a los protagonistas afectándoles física y moralmente. Analizada la violencia desde la perspectiva del sujeto, como lo propone Wieviorka, 2001, puede observarse, en los personajes koltesianos, un proceso que los lleva a la destrucción pero a la vez a un movimiento de subjetivación que los construye como seres rebeldes. En su devenir, los personajes actúan, deciden, se exponen y asumen con lucidez su propio final. (Por ejemplo, Le Rouquin, en Sallinger; Zucco en Roberto Zucco; Edouard en La vuelta al desierto).En cuanto a la violencia simbólica, encarnada en el lenguaje de los personajes, vemos que es el recurso más frecuente en las obras de Koltès. La palabra sirve para discutir, confrontar, agredir, estigmatizar, animalizar pero además para revelar la opresión, el cinismo, la asfixia que caracterizan los sitios ? generalmente urbanos ? en los que la acción se desenvuelve. La violencia subjetiva, dirigida hacia el otro o hacia sí-mismo, destructiva por los daños que implica o constructiva, por cuanto a través del grito un sujeto se yergue, es una violencia plurifronte, inherente a la vida misma y a las relaciones interpersonales puestas en escena y de cuyo juego emergen otras violencias objetivas que B-M Koltès desenmascara por vía de la alusión.