RÖMER GABRIELA
Congresos y reuniones científicas
Título:
El estado vigilante y la mercantilización de la violencia
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Congreso; I CONGRESO NACIONAL EN CIENCIAS SOCIALES; 2018
Institución organizadora:
Facultad de Ciencias Sociales - UNC
Resumen:
EL ESTADO VIGILANTE Y LA MERCANTILIZACIÓN DE LA VIOLENCIA. Jorge Ahumada, Lorena Alonso, Gabriela Römer Área Temática:1. ESTADO Y SOCIEDAD1.5- Violencia, seguridad y diferenciaPalabras claves: Violencia, Mercantilización, EstadoResumenIncorporamos dos conceptos en la discusión actual sobre seguridad, violencia y sexualidad. Marx postuló para las mercancías una cualidad fetichista sobre los hombres, propiamente capitalista (Jappe A. 2009). Ilich postuló la contraproductividad específica, toda producción capitalista siempre puede resultar lo contrario de lo que se buscaba (Illich 1976). La búsqueda de seguridad encierra una simbología y una práctica de la violencia, esta violencia está fetichizada y mercantilizada, se evidencia en un gran abanico que va desde justificar al Estado Neoliberal Represivo como su fundamento político, (Moreira 2016) hasta los femicidios como expresión de las sexualidades actuales.IntroducciónLa propuesta del trabajo es la incorporación de dos viejos conceptos en la discusión actual sobre seguridad, violencia y sexualidad. Marx postuló para las mercancías una cualidad fetichista sobre los hombres, cualidad propiamente capitalista (Jappe 2009). Ilich postuló un carácter propio del capitalismo, la contraproductividad específica, en toda producción capitalista siempre puede resultar lo contrario de lo que se buscaba (Illich 1976). Las políticas de Seguridad en Argentina y en Córdoba en particular se basan en una demografía policial expansiva, la contraproductividad de estas políticas es una nueva generación de delitos, su diversificación, pues toda oferta genera su propia demanda, la población policial debe justificarse. Quienes estudian este fenómeno coinciden en sostener un valor moral centrado en la paz social y el respeto a la propiedad privada, el mismo valor sostienen quienes diseñan y ejecutan estas políticas, este valor contiene a su vez un núcleo duro tecnocrático por el cual si las cosas se hicieran bien el problema desaparecería, sin embargo estas soluciones son parte del problema y es válido desconfiar de las infinitas propuestas de vigilancia societal. Postulamos que las ideas y acciones vinculadas a obtener seguridad encierran una simbología y una práctica de la violencia, esta violencia está fetichizada y en tanto cosificada puede ser una mercancía y de hecho lo es. El fetichismo de la violencia, se evidencia en un gran abanico que va desde justificar al Estado Neoliberal en su accionar represivo, su fundamento político (Moreira J, 2016) hasta los femicidios como expresión de las sexualidades actuales. Todas las expresiones de violencia tienen su correlato en mercancías, nuevos mercados de protección personal, domiciliaria, barrial y hasta de ciudades enteras, nuevos mercados judiciales para las distintas formas violentas de la sexualidad y nuevos mercados de consumo de violencia directa o mediatizada que va desde los juegos de Paintball, conducir a alta velocidad, hasta los juegos en la web. En especial vale resaltar las infinitas formas de violencia hacia el propio cuerpo, donde el tabaquismo, que tantas muertes produjo, es una antigüedad políticamente incorrecto, ahora las sustancias psicoactivas, la hiperactividad laboral, el hiperconsumo, la hipervigilia con pocas horas de sueño, son las nuevas de formas de autodaño y siempre son violentas. Inseguridad, violencia y temor Convoca a la interrogación que la cuestión de la seguridad ? inseguridad son verdaderas enunciados de las cuestiones sociales prioritaras, sin embargo, es obvio que lo ?seguro? no necesariamente es lo contrario de lo ?inseguro?. Hay innumerables intermediaciones o grados, con lo cual uno puede derivar a otro y viceversa. Estas correspondencias pueden ser materiales como simbólicas, tanto abstractas como concretas y no puede escapar a esta visión que a veces el remedio es peor que la enfermedad. Los investigadores y especialistas en el tema dan una amplitud comprensiva a la seguridad de tal magnitud que se hace inabordable por el sistema de políticas públicas , y justamente tal amplitud tiene un reverso que es la comprensión restrictiva del sistema de seguridad pública . Hay un diagnóstico central y compartido por los estudios y relevamientos sobre la cuestión de la inseguridad y es que no hay una correspondencia entre los que se podría llamar el componente objetivo del fenómeno (tasa de victimización) y el componente subjetivo (sentimiento de inseguridad) lo cual, desde nuestro punto de partida teórico, no representa ninguna anomalía y es la regla para todas las problemáticas sociales. No obstante, en el caso acá considerado o bien el hiato entre ?ambas realidades? seria constitutiva del problema de seguridad, o bien el ?temor?, constituye otro problema social y político con cierta autonomía de los delitos y sus políticas. La población también participa del ?miedo? o ?temor? al delito, o como se ha generalizado de la ?inseguridad?, así, es un interrogante la relación entre inseguridad, crimen/delito y violencia. Se complejiza aún más el panorama si entendemos la violencia como un concepto mucho más amplio que el crimen o delito (OMS, 2003). El crimen o delito son aquellos hechos identificados, caracterizados, explicados y estudiados en forma continua por las disciplinas contenidas en la Criminología y por el Estado que mediante su Sistema Penal aplica muchas de las ideas aportadas por la Criminología. En general la violencia del estado y la violencia empresaria escapa al sistema penal, así como gran parte de la violencia contra la naturaleza, los trabajadores, los cuerpos, las creencias, las ideologías, el ori-gen étnico, los grupos sociales subalternos, los Niños y Mujeres. Son innumerables las situaciones de violencia que no forman parte del sistema de Control Social, incluso estas violencias son inevitables y/o necesarias para reproducir el Capitalismo Actual (Harvey, 2004). El accionar represivo actual va asumiendo una homogeneidad en todas las grandes ciudades del mundo (Davis, 2007), pero se diferencia, se desengancha y autonomiza cada vez mas de otras formas clásicas de control social y dominación cuyo roles son relegados. Ejemplo de ello son el sistema educativo, el trabajo, la familia, la religión, las instituciones estatales en general y la simbología de cohesión social, como la idea de patria, pueblo, nación etc. (Garland 2005; Beck 2006; Altvater 2008) Esta evolución o verdadero corte identitario de las instituciones represivas pone en cuestión las clásicas formas que el Estado Liberal proponía y disponía para realizar la dominación, la cohesión social, la acumulación capitalista pacifica (De Giorgi 2005). La institución policial tiene hoy una misión que se sostiene en nuevos paradigmas que no han surgido de las experiencias históricas ni de estudios técnicos y académicos sino que hay verdaderas construcciones ideológicas sobre los sujetos peligrosos, las situaciones de riesgo, los lugares del delito. Paradigmas ideológicos que son altamente funcionales a la etapa actual de la evolución del capitalismo. Aquellos temores primitivos parecieran estar grabados en el ADN estatal y sus intervenciones, la ampliación de funciones estatales siempre es a expensas de la capacidad poblacional de resolver los mismos problemas, en innumerables situaciones el estado ha demostrado su capacidad insuperable de resolver problemas a escala poblacional, sin embargo la violencia y sus derivaciones actuales implica una delegación de las formas históricas como la población la resolvía. El estado ha asumido estas funciones casi en su totalidad, la pérdida de soberanía popular es absoluta para resolver la violencia, pero hay otras perversiones peores aún como la posesión de armas en EEUU, que agravan lo que buscan resolver. Si sumamos a lo anterior que el estado ha demostrado una gran ineficiencia para actuar sobre el problema, el resultado es un dilema: la población espera soluciones del estado que es la única alternativa posible, el estado ofrece soluciones incompletas, con lo cual se mantiene la expectativa y al mismo tiempo la frustración e impotencia poblacional.La inseguridad como ideología La presencia de la inseguridad en nuestra sociedad es un hecho innegable, demostrado, claro, irrefutable, es comparable a todos los dogmas religiosos, políticos y morales. Como todo dogma es una ideología, y en este sentido contiene un núcleo duro que resiste toda confrontación, es una creencia de tal potencia que incluye todo el mundo simbólico posible y por tanto, toda subjetivación posible. El Estado capitalista, que supimos conseguir, siempre ha construido las principales ideologías, y esta gran ideología de la inseguridad viene a reemplazar y desplazar todas las moralidades del siglo XX (familia, trabajo, religión, nación-patria).Nuestro interés es criticar algunas reflexiones intelectuales y académicas sobre la inseguridad, la sensación de inseguridad y el miedo que acompaña la inseguridad. Postulamos una ideología de la inseguridad, un núcleo duro, sin argumento, dogmático, cuasi religioso, que justifica la inseguridad en peligros auto-evidentes, en el riesgo social, en las amenazas cotidianas. Con Freud de nuestro lado, postulamos esta ideología como perteneciente al orden de lo siniestro, un fantasma cotidiano acechante en lo más íntimo de nuestro ser. Como toda ideología, la inseguridad se sostiene en un paisaje verdadero pero ambiguo, en hechos reales pero sin localización precisa. Afirmamos que la forma de la inseguridad es tan ambigua e inespecífica como aquello que es su verdadera causa, el malestar social. Sin embargo, es difícil hacer una crítica de aquello que esta naturalizado en nuestra mente; el malestar actual es natural a pesar de los intelectuales que se esfuerzan en teorizar sobre ello. Desde Marx, Freud y Weber se viene desentrañando, paso a paso el malestar que acompaña la modernidad y fundamentalmente la modernidad capitalista. El malestar forma parte de la modernidad capitalista, va cambiando su textura y visibilidad pero es constante, del dolor y agotamiento físico del viejo proletariado se pasa a la soledad y al vacío existencial de las nuevas formas de explotación centradas en la apropiación del tiempo de las personas La oposición entre tiempo abstracto y concreto se solapa, sin resultar completamente idéntica, con la oposición entre el tiempo en la sociedad capitalista y el tiempo en las sociedades precapitalistas. La emergencia del capitalismo supone, sin duda, la superposición del tiempo abstracto sobre antiguos tipos de tiempo concreto. E. P. Thompson, por ejemplo, describe la dominación de una notación del tiempo vinculada a las tareas en las sociedades preindustriales y su sustitución por el cronometraje del trabajo ligado al desarrollo del capitalismo industrial. En el primer caso el tiempo se mide por el trabajo, mientras que en el último es el tiempo quien mide el trabajo. He decidido hablar en términos de tiempo concreto y abstracto en vista a enfatizar que son dos tipos diferentes de tiempo los implicados, más que únicamente dos modos diferentes de medir el tiempo,?.el tiempo abstracto no es la única clase de tiempo constituida en la sociedad capitalista, sino que también se constituye una peculiar forma de tiempo concreto. Veremos que la dialéctica del desarrollo capitalista es, en cierto sentido, una dialéctica entre dos clases de tiempo constituidas en la sociedad capitalista y, por tanto, no puede ser adecuadamente entendida en términos de la sustitución de todo tipo de tiempo concreto por el tiempo abstracto???..en el caso del tiempo abstracto, formas subjetivas determinadas junto con la objetividad que ellas captan se constituyen con determinadas formas alienadas de las relaciones sociales (Postone, 2006) El posestructuralismo francés ha marcado un rumbo para cuestionar nuestra época, desde las sociedades disciplinarias Foucaultianas, a la caída de los grandes relatos de Lyotard y el antiescencialismo Derridiano. En estos últimos años ha surgido un Filósofo Coreano asentado en Berlín que produce una crítica generalizada al capitalismo y varias formas de comprenderlo incluido el posestructralismo, Byung Chun Han ha producido una nueva estrategia de comprensión de la época que aún debe ser valorado, sin embargo nos interesa su provocación. La moderna pérdida de creencias, que afecta no solo a Dios o al más allá, sino también a la realidad misma, hace que la vida humana se convierta en algo totalmente efímero. Nunca ha sido tan efímera como ahora. Pero no solo esta es efímera, sino también lo es el mundo en cuanto tal. Nada es constante y duradero. El Yo tardomoderno, sin embargo, está totalmente aislado. Incluso las religiones en el sentido de técnicas tanáticas, que liberen al hombre del miedo a la muerte y generen una sensación de duración, ya no sirven. La desnarrativización general del mundo refuerza la sensación de fugacidad: hace la vida desnuda. El trabajo es en sí mismo una actividad desnuda. El trabajo desnudo es precisamente la actividad que corresponde a la vida desnuda. El mero trabajo y la nuda vida se condicionan de manera mutua. Ante la falta de una tanatotécnica narrativa nace la obligación de mantener esta nuda vida necesariamente sana. Ya lo dijo Nietzsche: tras la muerte de Dios, la salud se eleva a diosa. (Byung Chul Han,2012, pag28) Nuestra pregunta es: ¿porque necesitamos ocultar el malestar social y preferimos ver sólo la punta del iceberg?. No existe una única respuesta a este interrogante, aunque nosotros abordaremos solo aquellas que nos han conmovido. La inseguridad como ideología dominante resuelve imaginariamente varios conflictos. En primer lugar canaliza nuestras necesidades de separarnos de los otros, de diferenciarnos de los indeseables, de poder identificar a los culpables. Las nuevas formas de discriminación, racismo, xenofobia, segregación espacial, son solidarias con la ideología de la inseguridad. En segundo lugar, da alternativas para que las políticas públicas puedan tener claridad en sus objetivos de resolver demandas. Si las demandas sociales se concentran en la inseguridad y giran a su alrededor, todas las políticas públicas se clarifican en sus objetivos y se reorientan. El gran objetivo al que todas las políticas públicas deben aportar es a la inseguridad. Aunque los estudios muestran que la sensación de inseguridad aumenta, los objetivos de las políticas públicas se fortalecen cada vez más. No solamente las políticas propias del campo de la seguridad, sino también las políticas educativas, de vivienda, de transporte, de trabajo, etc. Se pretende construir un ciudadano ejemplar: educado, trabajador, capaz de pagar deudas, voluntarioso, emprendedor y, aunque las políticas fracasan sistemáticamente en estos objetivos, perpetúan una verdadera formula cínica. ?sé que no sirven pero debo seguir haciéndolo?, dicho de otra manera, se ha naturalizado la precarización en todas sus formas, la fragmentación y el darwinismo social, la pobreza y la violencia estatal, por lo cual, la crítica académica y las demandas universales de solución se colocan sobre la inseguridad como única y mejor alternativa viable para solucionar la ausencia de cuidado, custodio, certidumbre, bienestar, tranquilidad, estabilidad. También estas ausencias se pueden concentrar en el conjuro a la inseguridad y en la segregación para los indeseables con el policiamiento, populismo penal y la gentrificación como vanguardias activas de las políticas públicas. Slavoj Zizek ha renovado la crítica ideológica y creemos que uno de sus grandes aportes es situar la ideología en su potencial aporte a la dominación, nos interesa particularmente su crítica a los teóricos de la reflexividad y la sociedad del riesgo como Ulrich Beck, Scott Lash y Anthony Giddens, autores que intentan explicar el malestar actual con un elaborado arsenal conceptual. Zizek confronta la reflexividad con el psicoanálisis: El psicoanálisis no es una teoría que lamente la desintegración de las antiguas modalidades tradicionales de la estabilidad y la sabiduría o que vea en esa desintegración el origen de las neurosis modernas e invite a descubrir nuestras raíces en una sabiduría arcaica o en el profundo conocimiento de sí mismo; tampoco es una versión más del moderno conocimiento reflexivo que nos enseñe a vislumbrar y controlar los secretos más íntimos de nuestra vida psíquica. En lo que se concentra el psicoanálisis, lo que constituye su objeto de estudio predilecto, son las consecuencias inesperadas de la desintegración de las estructuras tradicionales que regulan la vida libidinal: procura entender porqué el debilitamiento de la autoridad patriarcal y la desestabilización de los roles sociales y sexuales genera nuevas angustias y no da paso a un Mundo feliz en el que los individuos entregados al creativo "cuidado de sí mismos" disfruten con la permanente modificación y reorganización de sus múltiples y huidas identidades.? (Zizek,2008, pag.81La capacidad evangélica de convencer, promover, propagar verdades está plenamente contenida en la ideología de la inseguridad como toda ideología potente que se precie de tal. En Argentina, tenemos dos intelectuales de gran reconocimiento sobre esta temática, nos referimos a Gabriel Kessler y Marcelo Saín; el primero es un teórico de la inseguridad, si existiera algo así, el segundo es un teórico de la policía, también si existiera algo así. Nuestra interrogación es, estos afamados autores también participan de la ideología de la inseguridad? Y en este caso, aportan a formas sofisticadas de evangelización sobre la inseguridad y sus soluciones? . Creemos que sí. A quienes profesan la fé por estos autores no tenemos nada para decir, contra la fé no hay argumentos posibles, pero aquellos que profesamos un espíritu crítico podemos hacer un breve ejercicio. En primer lugar porque ambos tienen propuestas de solución dentro del mismo campo de la inseguridad, son propuestas dentro de lo existente, dentro de las estructuras estatales y sociales existentes, o sea son propuestas de tecnología de gestión de lo existente, que no incluyen a la población dentro del ámbito de la solución, o sea son propuestas tecnocráticas, porque justamente la población incluidos los criminales no participan en el diseño y objetivo de ninguna política estatal preventiva o represiva . En segundo lugar postulamos a Marcelo Saín como un entomólogo que escudriña y disecciona el estado, su descomposición, los múltiples vínculos entre clase política, gobiernos, policía, y delincuentes, y postula su tesis principal como la capacidad regulatoria del estado sobre el delito (Saín, 2017). Totalmente nuevo!!! Gabriel Kessler por su lado en un desarrollo más sofisticado, afirma que el sentimiento de inseguridad es un "entramado de representaciones, discursos, emociones y acciones donde lo objetivo y lo subjetivo están entrelazados de un modo indisociable? . (Kessler, 2009:35), es increíble que hubiera complacencia de los miles de psicoanalistas con estas ideas y que no hubiera una verdadera revuelta en Palermo, como? es un sentimiento? Es objetivo y subjetivo y es un entramado de representaciones, discurso, emociones y acciones ? Como Saín disecciona el estado, Kessler disecciona lo social, sin dudas ambos abordan la punta del iceberg con gran locuacidad y numerosos seguidores. Cuesta reflexionar en el delito callejero como una expresión cultural de época, en el miedo como síntoma del malestar en la cultura, en la inseguridad como ideología de la dominación, pero es el desafío. Postulamos una nueva sospecha sobre la realidad, como los maestros de la sospecha, Nietzsche, Marx y Freud, la inseguridad es pura niebla, maquillaje, fachada, mascarada. Lo Siniestro está en nosotros y en ellos, en los otros y los nuestros. La emergencia de la inseguridad en Argentina se generaliza a partir de la década del noventa donde las políticas neoliberales acentuaron la crisis social y política de la desigualdad. A partir de los saqueos producidos en 1989, los medios tematizaron los acontecimientos desde violencias intersubjetivas construyendo un antagonismo entre desposeídos y propietarios, a su vez las autoridades políticas reforzaron el régimen de representación de las revueltas constituidas por un trípode entre el hambre de la gente, activistas y delincuentes, ocluyendo la desigualdad estructural a partir de categorías divisorias de la sociedad. (Peano, 2016) En dicho contexto aparecen las primeras menciones a la inseguridad, como un estado de desprotección de la ciudadanía. Un proceso similar se dio en la ciudad de Córdoba, luego de los saqueos producidos en el marco del acuartelamiento policial, los días 3 y 4 de Diciembre del año 2013. Desde los medios de comunicación y el discurso político, se tematizaba el conflicto desde una división entre malvivientes y trabajadores, entre delincuentes y vecinos. Esta operación ideológica de atribución de culpas y responsabilidades, de acuerdo a Zizek implica que:La noción de un sujeto moral y criminalmente responsable de sus actos obedece a la necesidad ideológica de ocultar la intricada y siempre lista textura operativa de las presuposiciones históricas-discursivas, que, no sólo proporcionan el contexto para la acción del sujeto, sino que también definen de antemano las coordenadas de su significado: el sistema solo puede funcionar si la causa de su mal funcionamiento se ubica en la ?culpa? del sujeto responsable? (Zizek, 2008 pag.11)Traemos una larga cita de Karl Marx donde habla del criminal y hace alarde de su capacidad de ironía Un filósofo produce ideas, un poeta poemas, un sacerdote sermones, un profesor compendios, etc. Un criminal produce delitos. Si miramos más de cerca la vinculación entre esta última rama de la producción y la sociedad en su conjunto, nos liberaremos de muchos prejuicios. El criminal no solo produce delitos, sino también la legislación en lo criminal, y con ello al mismo tiempo, al profesor que diserta acerca de la legislación, y además de esto el inevitable compendio en el cual el mismo profesor lanza sus disertaciones al mercado general como ?mercancías?. Es más, el criminal produce todo el conjunto de la policía y la justicia criminal, los alguaciles, jueces, verdugos, jurados, etc. Y todos estos distintos ramos de negocios que constituyen a la vez muchas categorías de la división social del trabajo, desarrollan distintas capacidades del espíritu humano, crean nuevas necesidades y nuevas maneras de satisfacerlas. La tortura, por si sola engendró los más ingeniosos inventos mecánicos y empleó a muchos honrados artesanos en la producción de sus instrumentos. El criminal produce una impresión en parte moral y en parte trágica, según sea el caso y de esta manera presta ?servicios? al despertar los sentimientos morales y estéticos del público. No solo produce compendios sobre Legislación en lo Criminal, no solo códigos penales y junto con ellos legisladores en ese terreno, sino también bellas artes, bellas letras, novelas e inclusive tragedias, y no solo Schuld de Müllner y el Räuber de Schiller, sino también Edipo de Sófocles y Ricardo III de Shakespeare. El delincuente rompe la monotonía y la seguridad cotidiana de la vida burguesa. De esta manera le impide estancarse y engendra esa inquieta tensión y agilidad sin las cuales hasta el acicate de la competencia se embotaría. De tal manera estimula las fuerzas productivas. En tanto que el crimen aparta a una porción de la población superflua del mercado de trabajo, y de tal manera reduce la competencia entre los trabajadores ?con lo cual hasta cierto punto impide que los salarios desciendan por debajo del mínimo- la lucha contra el delito absorbe a otra parte de la población. De tal manera el criminal aparece como uno de esos contrapesos naturales que provocan un correcto equilibrio y abren toda una perspectiva de ocupaciones ?útiles?. Se pueden mostrar en detalle los efectos del criminal sobre el desarrollo de la capacidad productiva. ¿Las cerraduras hubiesen llegado alguna vez a su actual grado de excelencia, sino hubiesen existido ladrones? ¿La fabricación de billetes de banco habría llegado a su perfección actual sino hubiese habido falsificadores? ¿El microscopio se había abierto paso en la esfera del comercio común a no ser por los fraudes comerciales? ¿ Acaso la química práctica no debe tanto a la adulteración de las mercancías y a los esfuerzos por descubrirla , como el honesto celo por la producción? El crimen, gracias a sus métodos constantemente renovados de ataque contra la propiedad, procrea constantemente nuevos métodos de defensa con lo cual es tan productivo como las huelgas contra la invención de las máquinas. Si se abandona la esfera del delito privado: ¿habría nacido alguna vez el mercado mundial a no ser por el crimen nacional? En verdad, ¿habrían surgido siquiera las naciones? ¿Y acaso el Árbol del Pecado, no fue al mismo tiempo el Árbol del saber desde la época de Adán? (Marx, 2010)  Carecemos de conclusiones, sin embargo hemos realizado dos cuadros donde intentamos plasmar estas reflexionesDimensiones Comprensivas de lo Social Fundamentos Estatales de las Políticas de SeguridadLegislaciónRegímenes PunitivosCriminología Organización y Sentido de lo Social Protección de la Propiedad y de la seguridad física de las personasFragmentación de lo Social por su valor y protección progresiva en función del valorIdentificación y tratamiento de personas, grupos, espacios urbanos y situaciones de riesgo Historia y Cultura de lo Social Requisitos para la inclusión Ciudadana, causas y formas para su exclusión y segregaciónMitos sobre el tratamiento carcelario y Leyendas sobre formas exitosas de control socialCausas y tratamiento de la Criminalidad y Naturalización de las distintas formas de violencia Mundo Simbólico de lo SocialMoral del Modo de Producción Capitalista. Producción Social del Crimen y Producción Criminal de lo SocialEl castigo como ordenador de la criminalidad Ideologías de la Paz versus Ideologías de la ViolenciaCuadro 1: El estado PunitivoMalestar/EscenariosSexualidades ActualesRepresentaciones Corporales ActualesIdeologías identitarias ActualesViolenciaCosificación del otro y apropiación fetichistaCosificación de uno y mercantilización corporalCosificación societal y generalización del fetichismo de las mercancíasSegregaciónMercantilización del deseo y del cuerpo con acceso diferencial al consumo de bienes Valoración estética por clase y pertenencia espacial Selectividad espacial y derechos diferenciales RacismoOtredad ExcluyenteAlteridad DiscriminativaEtnocentrismo XenófoboCuadro 2: las expresiones del malestar social Bibliografía -Ahumada, J (2006) Cohesion Sociale et Changement Structurel : discussions sur la subjectivite dans les organisations du monde du travail . Revue Economique et Sociale. Lausanne-Altvater, E. y Mhankopf B. (2002) Las limitaciones de la globalización. Economía, ecología y política de la globalización Siglo XXI, México-Beck, U. (1998) La sociedad del riesgo Paidós, Buenos Aires-Byung Chul Han (2012) La sociedad del cansancio, Editorial Herder, España-Davis, M. (2007) Ciudades Muertas, Ecología, Catástrofe y Revuelta, Editorial Traficantes de Sueños, Buenos Aires-De Giorgi A. (2005) Tolerancia cero, Estrategias y Prácticas de la sociedad de control. Editorial Virus, Barcelona-Garland, D. (2995) La Cultura del Control. Gedisa, Barcelona-Harvey, D. (2004) El nuevo Imperialismo Akal, Barcelona-Illich I. (1975 ) Némesis Médica, la expropiación de la salud. Seix Barral, Barcelona-Jappe A. (2011) Crédito a Muerte. Pepitas de Calabaza. Logroño, España -Kessler, G, (2009). El sentimiento de inseguridad, Sociología del temor al delito. Siglo XXI, Buenos Aires-Marx K (2010) Elogio del Crimen. Editorial Sequitur. España-Moreira J. (2016) Políticas de seguridad y legitimación estatal en tiempos de neoliberalismo pags.177 a 189 En la Publicación del Coloquio Internacional ?Estado, Políticas Públicas y Acción Colectica? IIFAP UNC Córdoba -Peano Alejandra y Torre Paula (2016) Políticas de seguridad en la ciudad de Córdoba: policiamiento y participación ciudadana como modalidades de gestión de la conflictividad. En Andares y Conflictos Urbanos. La pluralidad en el hacer y decir la ciudad. María Belén Espoz (comp). Ciudad Autónoma de Buenos Aires: CONICET-Postone M. (2006) Tiempo, trabajo y dominación social: una reinterpretación de la teoría crítica de Marx. Editorial Marcial Pons. España-Saín M. (2017) Por qué preferimos no ver la inseguridad (aunque digamos lo contrario) Editorial Siglo XXI, Buenos Aires-Zizek S. (2008) En defensa de la Intolerancia. Editorial Sequitur. España