Resumen:
a narrativa de Roberto Raschella apela a una materialidad definida en dos planos. El primero de ellos corresponde a la materialidad simbólica de la lengua misma que, en tanto registro gráfico y fónico, logra el pastiche distintivo de la lengua ?miscitada?. El segundo plano de materialidad es el resultado de la operación de nominalización que esa lengua hace posible y corresponde a los objetos nombrados por esa lengua. Estos objetos integran el microcosmo material del universo raschelliano y por la dimensión biográfica (Morin, 1974) que asumen ayudan al narrador a trazar los rasgos distintivos de su experiencia vital a la vez que reconstruyen la memoria material de su familia. A partir de ellos y en estrecha sincronía con quien los usa, es posible configurar especiales cronotopías de la intimidad, con funciones prácticas, afectivas e intelectuales.