?La deconstrucción del imaginario romántico de la Patria en ?Maldito Amor? de Rosario Ferré?.

Córdoba

Congreso; Congreso Internacional El Caribe en sus Literaturas y Culturas. En el centenario del nacimiento de José Lezama Lima; 2010

Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC, el Centro de Estudios de Teoría y Crítica Literaria de la UN La Plata, y la Red Académica de Docencia e Investigación en Literatura Latinoamericana Katatay.

En la novelette “Maldito amor”, la portorriqueña Rosario Ferré deconstruye la narrativa maestra de la identidad nacional instaurada por el romance familiar romántico latinoamericano. Ésta es una forma narrativa fuertemente alegórica, estructurada como una historia de amor entre amantes que representan regiones, razas, partidos o intereses económicos particulares. En este contexto, el amor conyugal es entendido como modelo deseable de la alianza entre los diversos elementos y las diferentes facciones que componen el cuerpo de la nación. Por lo tanto, la narrativa maestra de la “historia de amor” difundida por los romances familiares sirvió para naturalizar el sesgo fuertemente político de los proyectos de las burguesías liberales latinoamericanas para construir los Estados y las naciones emergentes. A mediados del siglo veinte la problemática de la (re)configuración de la comunidad imaginada y la consecuente (re)definición de la identidad nacional vuelven a coalescer como faros de la discusión en diversos campos intelectuales, incluido el literario. “Maldito amor” aborda esta problemática deconstruyendo tanto la principal estrategia discursiva del imaginario social de la nación - la historia de amor- como el constructo político que la sustenta - la familia moderna como institución homogeneizadora de las diferencias sociales-. La trama muestra el costado “maldito” de la "historia de amor”, tanto a nivel personal cuanto a nivel nacional. En el microcosmos de la familia De la Valle, los conflictos interpersonales remiten a los conflictos entre los sexos, las razas, las clases sociales; la inherente desarmonía de la familia desmitifica la romántica unidad nacional de los discursos historiográficos y literarios, y el final apocalíptico (el incendio intencional que consume el ingenio azucarero que se disputan los herederos) sugiere la necesidad de una revolución radical para arrasar los cimientos enviciados de la Nación antes de poder comenzar a construir una nueva, más igualitaria comunidad imaginada.