LUQUE CECILIA INÉS
Congresos y reuniones científicas
Título:
"Lenguaje, diferencia sexual e identidades subjetivas
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Seminario; Seminario Interdisciplinar "Mujeres, Identidad y Ciudadanía. Seminario sobre cuestiones de género y sexualidad; 2006
Institución organizadora:
carrera de Ciencias de la Religión de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Católica de Córdoba
Resumen:
El lenguaje no es instrumento de representación transparente de una realidad objetiva que existe independientemente del lenguaje y ?fuera" de él, sino dispositivo productor de las construcciones discursivas a las que llamamos "realidades". ¿Qué quiere decir esto? El lenguaje, al nombrar, organiza los significados que dan sentido la realidad. Interpreta y recorta el continuum de información que nos proveen los sentidos, construyendo así imágenes, conceptos y relaciones que vuelven "pensables" y "comunicables" el complejo cúmulo de datos que componen la experiencia de "lo real". las expresiones discursivas de la diferencia entre los sexos (imágenes, conceptos, estructuras narrativas, etc...) invisten cotidianamente de significados y valores los datos de la experiencia y convierten así la diferencia sexual en la distinción fundante del orden social y legitimante de su desigual reparto del poder. Esto ocurre constantemente, de manera automática, en todos los registros del lenguaje, desde el más corriente hasta el más sofisticado. Esta cuestión del ejercicio del poder mediante el uso del lenguaje se vuelve más relevante cuando consideramos que los discursos funcionan como dispositivos productores de identidades subjetivas: Al atribuir significados y valores a las formas anatómicas de los cuerpos, los discursos delimitan así lo que hombres y mujeres pueden o no ser, pueden o no hacerEn última instancia, preocuparse por la cuestión de los pronombres, o de qué morfemas de género utilizar al hablar o escribir, no es una mera cuestión lingüística o de "corrección política", sino de justicia social. Porque el uso del universal masculino invisibiliza a la mitad de la población humana, considera insignificante e irrelevante la especificidad de sus necesidades y deseos, y este proceso encarna el diferendo de los sexos. Lyotard dice que "Un caso de diferendo entre dos partes tiene lugar cuando la regulación del conflicto que las opone se hace en el idioma de una de ellas, mientras que el daño que la otra sufre no se significa en ese idioma." Nuestro lenguaje es heterosexista: es decir, da por sentado que la diferencia entre hombres y mujeres es un núcleo de naturaleza que pre-existe a las organizaciones sociales y que es independiente de las interpretaciones semióticas, e impone esa diferencia como principio fundante y necesario de todo orden social. Este lenguaje oprime a quienes no se adecuan a las definiciones institucionalizadas de hombre y mujer, pues les impide expresar sus experiencias, sus deseos y necesidades si no es en los términos de la diferencia heterosexual; y por lo tanto se les niega la posibilidad de expresar el daño que sufren por esta imposición como así también la posibilidad de crear sus propias categorías para constituirse a sí mismos. Si bien no todos nosotros podemos dedicarnos a crear un lenguaje que supere el heterosexismo como diferendo entre los sexos e incluya todos los modos de ser humano, sexual y libre, sí podemos encarar nuestra tarea profesional y nuestras prácticas cotidianas con conciencia de género. Y esto implica, en mayor o menor medida, hacer teoría del discurso., en el contexto de esa sociedad