UEMA SONIA ANDREA NAEKO
Congresos y reuniones científicas
Título:
ANÁLISIS PRELIMINAR DEL CONSUMO DE ANTIMICROBIANOS CON LA IMPLEMENTACIÓN DE UNA POLÍTICA DE USO RACIONAL
Lugar:
Potrero de los Funes (San Luis)
Reunión:
Congreso; XX Congreso Farmacéutico Argentino; 2011
Institución organizadora:
COFA (Confederación Farmacéutica Argentina)
Resumen:
El uso inadecuado de los antimicrobianos en las instituciones hospitalarias se asocia a: aparición de gérmenes resistentes, aumento de la morbi-mortalidad de los pacientes y aumento de los costos asistenciales. Debido a ello, se decidió la implementación de un Programa de Uso Racional de Antimicrobianos en el Sanatorio Privado Aconcagua de la ciudad de Córdoba. Objetivos: -Analizar el consumo de Cefazolina y Piperacilina-Tazobactam en el Sanatorio luego de la implementación institucional del Programa. -Analizar los costos directos de consumo de los antibióticos seleccionados. Metodología: se realizó un análisis retrospectivo recabando datos sobre consumo mensual y costos de Cefazolina y Piperacilina-Tazobactam en todos los pacientes internados en la Institución, durante un período de 12 meses previos y 12 meses posteriores a la implementación del Programa. Los datos se obtuvieron del software GALENO (que posee como base de datos el Manual AlfaBeta). Se analizaron la unidades consumidas en DDD/100 camas día y la variación de los costos mensuales. Resultados y discusión: En el primer período analizado, se obtuvieron en promedio 14,64 DDD/100 camas día para Cefazolina y 1,14 para Piperacilina-Tazobactam; en el segundo período, 9,24 para Cefazolina y 1,50 para Piperacilina-Tazobactam. Los costos mensuales promedio de Cefazolina fueron de $3289 en el primer período y $2165 en el segundo; para Piperacilina-Tazobactam, $1752 y $2086, respectivamente. El consumo institucional de Cefazolina disminuyó desde la implementación del Programa al igual que los gastos, lo que favorece la redistribución del presupuesto. Esta disminución no se acompañó de un incremento de las complicaciones infecciosas que pudieran ser atribuidas al uso limitado de este u otros antimicrobianos en la institución. En relación al consumo de Piperacilina-Tazobactam se evidenciaron fluctuaciones importantes que podrían atribuirse a la complejidad de los pacientes atendidos en el Centro y a la fuerte limitación al consumo de cefalosporinas de 3ra generación. Conclusiones: el consumo de Cefazolina disminuyó, como así también los costos aparejados, tras la implementación del Programa. No ocurrió lo mismo con Piperacilina-Tazobactam. Hasta el momento del análisis, los cambios operados en el Sanatorio han resultado favorables y alientan la continuidad y profuncización del Programa, para el logro gradual de todos sus objetivos.