BIANCHI ENRIQUE
Congresos y reuniones científicas
Título:
El imaginario social sobre el rol de la Universidad: mecanismo integrador y esperanzador en el camino hacia el progreso social y económico de sus hijos
Autor/es:
BIANCHI ENRIQUE CARLOS
Lugar:
Resistencia
Reunión:
Congreso; XIX EDUCA-AL ENCUENTRO DE PROFESORES DE COMERCIALIZACION DE ARGENTINA Y AMERICA LATINA; 2005
Institución organizadora:
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NOROESTE
Resumen:

El imaginario social sobre el rol de la universidad: mecanismo ?integrador? y ?esperanzador? en el camino hacia el progreso social y económico de sus hijos.

 (Lic. Enrique Bianchi)

 

El imaginario colectivo sigue pensando que  la universidad sigue proporcionado un acceso al mercado laboral y profesional que brindará mayores posibilidades de ingresos futuros.

Son muy pocos los que perciben que la profesión universitaria por sí sola no garantiza mayores ingresos futuros. Son quienes vienen de sufrir los cambios del mercado laboral de la década de los ´90, donde no sólo bastaba demostrar conocimientos sino habilidades a la altura de las circunstancias que requerían los mercados laborales.

Es por ello que decir ?tener un título es lo más importante? es una afirmación que años atrás hubiera generado un gran nivel de acuerdo, pues este era el camino hacia mejores oportunidades laborales. Hoy. sólo la mitad esta de acuerdo en forma total que esta afirmación, pues son concientes que el título es un paso necesario pero no suficiente, pues el mercado ya no paga el título sino que remunerar en función de habilidades, destrezas y actitudes específicas. Es por ello que, ?aprender a aprender?, ?aprender a desaprender?, ?aprender a ser? es cada vez más importante que sólo ?saber y saber hacer?  pues no alcanza cuando los conocimientos y las técnicas están cambiando muy rápido. La formación debería ser entendida como un proceso continuo que empieza pero que nunca termina y donde la universidad es el inicio y no el fin. Ya en determinadas profesiones la habilitación profesional se debe revalidar cada 4 o cinco años para el ejercicio profesional.

 

Desde ?Mi hijo el Doctor?, el deseo popular es que todos puedan entrar en la universidad. Era la época donde la universidad más que nada garantizaba el acceso social y sobretodo, la integración social. Era la época donde los descendientes de los inmigrantes comienzan a percibir a esta tierra como su patria y por ello, deseaban no sólo integrarse socialmente sino participar de modo cada vez más activa de la vida política, científica y cultural. Esta conciencia colectiva se manifestó en toda su dimensión en la Reforma Universitaria del ´18, nacida en la Docta y que hoy en cierta manera sigue vigente en el imaginario social.

 

La percepción de la universidad como un medio de ascenso social es muy fuerte, pero deseábamos saber en qué medida la vocación por la investigación, el saber o la pasión por el  ejercicio de una profesión es el motor de la decisión de ir a la universidad. La mayoría de los padres sostiene que son pocos los que van por pasión por saber de una ciencia o disciplina. No importa que estudies, mientras estudies. Esto pone de manifiesto que la universidad tiene como rol principal uno que trasciende su fin de educar o ser ámbito del saber científico que es el ser el mecanismo ?integrador? y ?esperanzador? en el camino hacia progreso social y económico de sus hijos.

 

Si esto es así nos preguntábamos  será porqué en sus tareas de extensión se ocupa de los sectores sociales más vulnerables que depositan en ella sus anhelos y esperanzas. La sorpresa es que esto no es cierto para el común de los hogares. La universidad es para ellos  la que debe permitir el acceso a una profesión de jerarquía que les sirva a sus hijos en el futuro más que una institución social que en el corto plazo se ocupe o deba ocupar de los problemas que sufren en el presente los sectores vulnerables o desprotegidos de la sociedad. La universidad no es el presente, es el mañana.

 

Esto explica en gran medida porque la gente y la comunidad universitaria se moviliza más por cuestiones atinentes a cortes de presupuestos (recordar el intento de Lopez Murphy en el Gobierno de De La Rúa) o a políticas que limitan el acceso a la universidad que para plantear cuestiones referentes a lo que la universidad hace o deja de hacer por la comunidad o dentro de ella en pos de sus hijos.

Dada esta prioridad social de ser mecanismo de la movilidad social, quisimos indagar si  el curso de ingreso se percibe como un medio para nivelar los conocimientos o como un sistema que limita el acceso a la educación superior. La segunda sorpresa es que la gente percibe, salvo excepciones y casos puntuales, que los mecánicos de curso de ingreso implantados están actuando cómo mecanismos niveladores de conocimientos previos frente a la desigualdades de conocimientos con que llegan de la educación media los aspirantes a la universidad, y como un medio de entrenamiento que permite dar el salto cualitativo-en términos de esfuerzo y dedicación- para encarar los estudios universitarios y no como un mecanismo restrictivo para impedir que sus hijos alcancen la ?integración social y el acceso a una profesión? .