Michael Alexander Halliday fue uno de los primeros lingüistas en referirse a la importancia de las lenguas en relación al medioambiente, sugiriendo que habría que estudiar en qué medida las estructuras lingüísticas y los textos se refieren a problemas medioambientales. Este autor (Fill & Mühlhäuser, 2001, p 199) sostiene que lo que afecta a la supervivencia de la humanidad puede no ser solo un problema de los biólogos o de los físicos, sino algo que involucre también a actores de otras disciplinas. En efecto, las lenguas aplicadas pueden y deben intervenir, ya que quizás ?la comunidad de lingüística aplicada no tenga la llave (de la solución), pero debería ser capaz de escribir las instrucciones de uso?. Es en este contexto que en el presente trabajo pretendemos demostrar de qué manera podemos, desde nuestras cátedras en la Facultad de Lenguas de la UNC, concientizar a nuestros alumnos acerca de la importancia de preservar el medioambiente y, a la vez, integrar los conocimientos en las áreas de lengua, gramática y fonética inglesa, tomando la ecología como eje temático transversal.
