En este trabajo presentamos reflexiones preliminares de una experiencia en curso, acerca del vínculo docente-alumno, que estamos realizando desde la Secretaría de Extensión, Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Córdoba. Trabajamos con Docentes, de todos los niveles y modalidades, en Talleres que incluyen análisis bibliográfico, registros de experiencias, fragmentos de películas, etc.; con frecuencia mensual de un encuentro de 6 horas. Actualmente hay, en promedio, 65 docentes participando de la experiencia.
Se trata de un espacio que, a partir del encuentro con el otro (otro en el cual me reconozco), pretende sostener la circulación de la palabra, soporte de sentimientos y sensaciones que emergen en el intercambio. Implica una posibilidad de poner en palabras aquello que por no ser dicho provoca síntoma, de explicitar algunas cuestiones que subyacen a las prácticas y muchas veces genera malestar. Por otra parte, al reconocerse en el discurso del otro, el sujeto (docente) podría comenzar a significar, a encontrar un sentido a aquello que no pudo ser dicho, lo real que emerge, la angustia que no fue simbolizada. De esta forma la circulación de la palabra permitirá construir sentidos compartidos que les posibiliten re-pensarse en el vínculo con sus alumnos. El saber sobre el lugar que ocupan en dicho vínculo y sobre los propios aspectos subjetivos implicados en la tarea docente lo llevaría a un ejercicio profesional más conciente de sí y, por lo tanto, más efectivo y saludable para él y los otros. En este sentido podemos citar algunos dichos, surgidos en el transcurso del segundo taller: ??y al desinteresado tratamos de eliminarlo?, ?Creo que estamos convencidos que la nuestra es la verdad?, ?Los prejuicios que tenemos los docentes condicionan nuestra tarea...?
