La obra del martiniqués Édouard Glissant puede ser definida como un archipiélago de textos, como un conjunto de islas que se comunican y se entremezclan. Este entrecruzamiento permite ser leído como el eco del otro entrelazamiento del que sus obras dan cuenta, el del Caribe, entendido este espacio más como una cuestión cultural que geográfica
El objetivo de este trabajo es explorar los mecanismos dificultosos de la memoria de una ?raza maldita? ?la negra-, maldición grabada en el cuerpo entendido éste como primordial lugar de memoria de la esclavitud. Pretendemos dar cuenta del alarido desgarrador que suple recuerdos no agendados y del tratamiento inhumano dado a presencias físicas devaluadas, animalizadas y demonizadas. Así, cadenas, trata, tráfico, látigo, violaciones, todo el repertorio, en definitiva, del ultraje padecido por cuerpos esclavizados se vuelve grito nacido en las entrañas ?grito de dolor y de nostalgia-, aullido que debe hacerse palabra, según lo quiere Édouard Glissant de acuerdo con su concepto de ?creolización?. Apoyamos nuestro análisis en su novela,