A partir de las tendencias recientes en materia de planificación y política del lenguaje que provee el estudio de Baldauf, R. (2006) presentamos ciertas observaciones surgidas en el marco de nuestra investigación sobre representaciones sociales y prácticas de escritura de estudiantes universitarios de lenguas (Facultad de Lenguas, UNC, Código de proyecto 05/L 078  - 2008/ 2009  Secyt, UNC). Nuestro estudio, centrado en analizar los factores intervinientes en la concepción de escritura y en las prácticas deescritura, detectó que los alumnos valoran que un aumento de la práctica de escritura así como un mayor grado de interacción con el docente, en el contexto institucional académico, se hace imperativo. Se identificó la necesidad de que el docente asuma un papel de mayor involucramiento, coadyuvando a la práctica de la escritura y al resultado epistémico que de ella debe surgir. Se explorará cuál es la vinculación entre esta concepción manifiesta de los estudiantes y la posición asignada al docente en el marco regulatorio de la actividad educativa. Los interrogantes que surgen son: ¿cómo se "operacionaliza" la función que debe cumplir el docente?, ¿está dotado el docente de condiciones "suficientes", desde el punto de vista institucional de estabilidad y seguridad profesional, para aumentar -cualitativamente- la interacción con los alumnos? ¿cuáles son las posibilidades para que pueda generar nuevos métodos y materiales que coadyuven a la mejora de la escritura académica? Es uno de los actores que debe lograr el mayor prestigio académico aun en situaciones desfavorables para su posición de "proveedor" de la enseñanza. En la medida en que se supere la mera finalidad "declarativa" en los corpus legales y se expliciten las necesidades técnico- profesionales que tanto alumnos como docentes de la comunidad universitaria poseen, se podrá pensar en la "operativización" de medidas conducentes a la mejora de la práctica docente, atendiendo a la expectativa del "conjunto social", fin último de toda política de desarrollo.